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domingo, 17 de julio de 2011

Cap. 2 - Haley - "Arrogante"


  Con una sonrisa satisfecha, el hermano de Ryan colgó el móvil y me lo tiró repentinamente a las manos. Tuve que hacer unas maniobras para evitar que se cayera y rompiera dejándome sin forma de comunicarme con Ryan. Le miré expectante a la espera de que dijera algo, pero él ni siquiera se dignaba a dedicarme una mirada.
  ―A que te refieres con "jugar"?―Le espeté armándome de valor tras llegar a la conclusión de que él no me dirigiría la palabra si yo no preguntaba.
  Me observó con molestia por tener que escucharme y con un gesto arrogante hizo una mueca de superioridad y sonrió maliciosamente.
  ―Que acaso no sabes lo que significa "jugar"? No creía que los humanos fueran tan estúpidos, ya veo que no los he subestimado en lo absoluto...
  Genial! Un patán de los que tanto odiaba. Acaso el racismo seria de familia?
  ―Me refiero a que demonios pretendes haciendo esto. Tarado!―Sé que debí morderme la lengua, pero ni lo que hizo después me instó a rectificarme.
  En un visto y no visto, lo tuve enfrente con una expresión furiosa y aterradora. Me apegó contra el coche y sujetó mi cuello con uno de sus brazos impidiendo el paso del aire. Le dedique la mirada más asida que podría haber mostrado en toda mi vida.
  ―Escúchame bien, plasta humana. Sé que quizás el hecho de que me parezca a mi hermano te da valor a comportarte como una gran cosa, pero te recomiendo que pienses bien con quien estás tratando ahora.
  El tenia razón, el parecido era increíble, pero ni un segundo desde que supe quien era le había confundido con Ryan. Mientras Ryan era Ryan, él era un completo capullo.
  ―Marica―Escupí entre dientes.―En toda mi vida mi siquiera he conocido a un humano con la semejante mariconada de meterse con una mujer.
  Vale, estaba tentando peligrosamente mi suerte, justo lo contrario a lo que Ryan me hizo prometerle, pero es que no podía morderme la lengua y dar mi brazo a torcer ante un gilipollas como este.
  Para mi sorpresa, este dejo pasar mi comentario y se retiró apartándome bruscamente. Me tambalee antes de caer como cualquier cosa al suelo.
  ―Me das pena solo porque se cuan pateticos son los humanos.―Murmuró más para sí mismo comenzando a caminar en una dirección.
  Me quede sentada en el suelo intentando pensar en las posibilidades que tenia de salir corriendo con intenciones de huir, lamentablemente esas posibilidades quedaron borradas del mapa en cuanto recordé lo que Ryan me había contado sobre el rastreo de ambos. Aun así, no me moví.
  ―Camina―Ordenó deteniéndose y sin girarse a mirarme.
  ―Y que si no lo hago?―Desafié. Definitivamente tenia que aprender a tragarme mis comentarios.
  Tenia la baga esperanza de que tuviera tanta repulsión a los humanos, que no se atrevería a tocarme y jalarme durante todo el transcurso, así quizás se aburriría y se marcharía... Lo sé, es un plan muy patetico. Y me di cuenta de eso cuando él rechinó los dientes y se acercó con pasos apresurados para luego cargarme con facilidad en uno de sus hombros.
  ―Pero que haces?! Suéltame!―Patalee inútilmente dando puñetazos contra su dura espalda. Lo unico que lograba con esto era hacerme daño a mí misma, aun así no podía retenerme.―Bájame ahora mismo!.
  Caminó con normalidad como si llevara encima a un costal de papas y salio del aparcamiento donde nos encontrábamos. La calle estaba habitada por gente que nos miraba raro, las esperanzas de que alguna de esas personas intentara ayudarme se ahogaron al ver sus expresiones de burla. Las chicas, por supuesto, mostraban miradas embobadas al mirar el rostro de mi opresor, probablemente deseando estar en mi pellejo sin saber de verdad que era él; Los demas, se limitaban a reír pensando seguramente de que yo y este capullo éramos amigos o que estábamos jugando algún juego estúpido.
  ―Si no quieres que chille como loca te ordeno que me bajes ahora mismo!―Le chillé dejando de tirar puñetes, mis manos estaban adoloridas de tanto insistir. Pero no le daría el gusto de enterarse.
  ―Ah sí? Creía que ya lo estabas haciendo.―Replicó carcajeándose. El muy capullo estaba divirtiéndose con esto!―Hazte un favor y ya no te pongas en ridículo más.―Añadió con aquel tono arrogante.
  Un inmenso odio me recorrió las venas. Deseaba poder contradecirle pero la verdad era esa. Yo misma me estaba poniendo en ridículo. Obviamente aquellas estúpidas personas no creerían de qué este "apuesto caballero" estaba raptándome en medio de toda la ciudad.
  ―Bájame!―Dije más tranquila y fría. Necesitaba calmarme y lo necesitaba de verdad.
  Repentinamente, me dejó caer sin más arrojándome al suelo con brusquedad. La caída fue dolorosa pero lo que más me dolió fue mi orgullo.
  Rápidamente, ignorando el dolor de mi tobillo, me puse de pie y caminé hacia un puesto de bebidas rápidas. Saquee de mi bolsillo trasero unas monedas y pagué honradamente el valor de mi bebida. Regresé hasta donde el gilipollas me observaba con esa repugnante sonrisa suya, bebiendo lo que podía pues tenia mucha sed.
  ―Ves? Así si nos entendemos...―No terminó de hablar con su arrogancia acostumbrada, pues cuando menos se lo esperaba, le lancé a la cara la gran cantidad de zumo de manzana que llevaba en el vaso.
  Su expresión se tornó endemoniada, pero no hizo que se me borrara la sonrisa de satisfacción de la cara. Aunque su expresión fuera amenazadora, estaba segura de que no se atrevería a quebrantar sus reglas vampiricas matándome delante de todas esas personas que nos observaban. Se limpió la cara en silencio y claramente conteniéndose a sí mismo para agarrarme del brazo con una fuerza extrema.
  ―No-me-tientes―Masculló entre dientes cada palabra por separado, apretando mi brazo aun más. Sentía que en cualquier momento mis huesos cederían haciéndose añicos, no pude reprimir una mueca de dolor. Dolía de cojones.
  ―Pues no juegues―Le respondí sin retroceder.
  Al parecer, la ultima palabra le hizo recordar su estúpido juego, esbozando una sonrisa engreída.
 ―Olvidaba lo idiotas que eran ustedes los humanos para oler el peligro.―Dijo recuperando la compostura.―Mira que meterse al coche de su propio secuestrador.
  Aquel comentario lo dijo evidentemente con intenciones de provocarme, obviamente lo hizo pues nuevamente no tuve como negar lo cierto de sus palabras. Fui yo quien le siguió, fui yo quien se metió al auto y fui yo la que lo confundió. Ahogué unas lagrimas de pura ira mientras me incorporaba y desviaba la mirada. Se suponía que hoy la pasaría bien junto a Ryan, esto no debería de estar sucediendo.
  Pensar en Ryan solo hizo que sintiera un gran nudo en la garganta. Saquee el móvil y marqué su numero llevándome el teléfono a mi oído. No paso de la primera timbrada y enseguida contestó.
  ―Ryan...?―Pregunté con voz ahogada. No hubiera querido que mi voz tuviera aquel tono, pero no pude evitarlo. Lo unico que me quedo fue intentar tragar el nudo que tenia.
  ―Haley?! Que te ocurre! Que te ha hecho?!―Su voz me supo a paz aunque su tono no lo reflejaba.
  Mis labios se curvaron ligeramente hacia arriba.
  ―Hola―Dije más tranquila y restándole importancia a la situación.―Creo que tenias razón con lo de tu hermano, es un completo gilipollas―Reí increíblemente con una nota alegre.
  ―No te preocupes, te encontraré.―Prometió seguro de sí mismo. Aparte de su gloriosa voz, oía el viento que rozaba contra el móvil al otro lado, imaginé que estaría corriendo a velocidad humana mientras haya personas mirando.
  ―Sí, lo sé.―Dije con ligereza.―Y cuando lo hagas me harás el favor de darle su merecido?
  ―De eso no lo dudes―Repuso con voz helada.
  ―No tardes mucho, Vale?
  ―Te lo prometo...
  Sin que haya podido despedirme de él, el móvil se me fue arrebatado de las manos.
  ―Devuélvemelo―Exigí con voz agria.
  Él me dedicó una sonrisa que claramente decía "Ya, ahorita te lo devuelvo, ya?" y me ignoró para presionar el botón de "colgar" y guardárselo al bolsillo.
  Comenzó a caminar con pasos más apresurados que antes.
  ―Camina―Ordenó sin girarse.
  Quise oponerme pero sabia con exactitud que no serviría de nada. Además, ahora sabia que Ryan vendría por mí. Era cuestión de tiempo y solo debía tener paciencia; Entonces, me libraría de este capullo para no volver a ver su cara nunca más.
  ―Quieres darte prisa?―Habló irritado.
  ―Debiste pensar en la velocidad humana, si no te gusta puedes dejarme aquí. Sera un placer no seguir estorbándote.―Sonreí con languidez.
  ―Sabes? algún día te toparas con algo que de verdad te hará medir tus palabras. Creo que Ryan no te ha enseñado bien lo que somos en realidad...
  ―No, tienes toda la razón.―Coincidí. Él me observó con el ceño fruncido por mi repentino tono habitual y normal con el que le daba la razón.―Ryan solo me dijo que eras un estúpido, creo que se ahorró lo de gilipollas, capullo, marica, cobarde, arrogante, engreído, presuntuoso, despreciable, tarado...
  ―Sera mejor que te calles ya―Amenazó.
  ―Y la lista es larga―Avisé con una amarga sonrisa.

  Caminamos así, en silencio con unos intercambios de insultos de vez en cuando, hubo veces en las que detenía su avance de repente, probablemente rastreando a su hermano para cambiar de dirección e ir al lado opuesto. Yo secretamente, trataba de adivinar el porqué de sus intenciones, hasta que decidí que era mejor preguntar en esos casos.
  ―Por qué haces esto?―Fue la primera pregunta que lancee.
  Como era de esperarse, no me dio respuestas, porque yo era la "humana repulsiva que no se merecía ninguna explicación". Fue entonces cuando me di cuenta de que de verdad no deseaba saberlo ni lo necesitaba.
  ―Entonces este juego tuyo, acabará cuando Ryan nos encuentre?―Intenté saber en que lio me había metido, después de todo, estaba en todo el derecho de saber. Pero él me ignoró como era de suponerse.
  ―Vale! No entiendo tus razones ni me importan! Pero por lo menos podrías darme respuestas que tengan que ver conmigo. Los humanos no somos un juguete, lo sabias?―Traté de irritarle pues había descubierto que únicamente cuando se irritaba, se dignaba a contestarme o como mayormente lo hacia, llevarme la contraria.
  ―Tienes razón, los humanos no son juguetes, son nuestros alimentos, lo sabias?―Inquirió con una verdadera sonrisa maliciosa.
  ―Para tu información, ya lo sabia. Y para que te sepas otra, no me das miedo, sé muy bien que a tu "amo y señor Devonn", no le gustaría que te alimentaras directo de un cuerpo.
  ―Y que te hace pensar que no te podría dejarte desangrando primero antes de vaciarte sobre una tina para luego beber?―Preguntó observando detenidamente mi reacción. Ahí estaba otra vez la sonrisa pagada de sí mismo.―Aunque no tendría la más mínima intención de beber tu sangre, pero seria un placer poder matarte solo por diversión.
  ―Si de verdad pensaras eso, ya lo habrías hecho a cada momento en que te he estado sacando de quicio, además, me necesitas para jugar a lo que sea que estás jugando. Sin mí, Ryan no tendrá razón para seguir tu estúpido juego.
  Por primera vez, el arrogante se quedó sin habla. Me animé a seguir insistiendo.
  ―Solo haces esto por molestar a Ryan, no es verdad?
  No contestó.
  ―Por qué se llevan tan mal?―Interpelee.―Es decir, aparte de que eres insoportable me da la impresión de que ustedes dos no se llevan bien por alguna otra razón...
  ―Quieres callarte de una vez?―Atajó enojado.―Si no lo haces, me veré obligado a amordazarte con algo.
  No era tonta, sabia lo que me convenía.
  ―No necesitas hacerlo. Sé callarme sola...
  ―Pues no parece.

  Por la noche, sentí mis piernas agarrotadas de tanto andar sin descanso, no estaba segura de que se debía por mi lesión en el tobillo o porque de verdad habíamos caminado demasiado. Había permanecido callada tanto tiempo, que mi garganta parecía seca y tenia la impresión de que mi voz seria ronca con el primer comentario que hiciera.
  ―Camina más rápido.―Urgió.
  ―Que no ves que estoy cojeando? Me duele el tobillo y estoy exhausta! Tengo sueño y tengo hambre!―Me quejé con voz dura. El tono grueso y carrasposo de mi voz ayudó a poner intensidad en las palabras.
  Él rechinó los dientes pero no dijo nada más. Por mi parte, mi tobillo tenia un dolor molesto e insoportable. Tropecé y caí al suelo adolorida.
  ―Ese tobillo estuvo mal desde antes de que te encontrara.―Comentó sorprendentemente con curiosidad―Que te paso?―De verdad le importaba? O solo se trataba de una insinuación para poder insultarme. De seguro y era eso.
  ―Que te importa.―Contesté acurrucándome en una bola, en medio de la calle sin intenciones de seguir caminando pues aunque quisiera, no podría. Bostecé y enterré mi cabeza entre mis rodillas.
  Él se dio cuenta de que no tenia intenciones de seguir caminando, así que después de resoplar con irritación, se acercó a mí y me cargó nuevamente, pero esta vez agradecí de que no fuera como un costal de carga en el hombro. Me resultaba repugnante el hecho de que me cargara de tal manera que me hacia ver como una bebé, pero lo cierto es que estaba demasiado cansada como para protestar.
  Luché por mantenerme despierta un poco más, sentí que nos movilizaba a una velocidad más apresurada que antes y oí un vidrial romperse. Traté de abrir los parpados que me pesaban como nunca, parecía que me había entrado tierra en los ojos obligándome a mantenerlos cerrados. Sentí que me depositaban dentro de una cavina sobre alguna clase de asiento y noté como si cerraran una puerta a mi lado. Oí un rugido de un motor y sentí como mi cuerpo se apretujaba hacia atrás. Logree abrir levemente mis ojos y lo primero que vi, fue una correa rodear mi pecho y mis caderas. Era un cinturón de seguridad de un auto?
  Lo ultimo que oí, fue que él chistó los dientes con molestia y a partir de eso entonces, no estuve consiente de nada sumiéndome en el sueño.
...
  ―...spierta... Eh! Despierta―Oí aquella voz familiar pero a la vez conocida y helada.
  Cuando abrí los ojos, lo primero que vi fue el techo de una habitación color crema y una luz tenue amarillenta que iluminaba la estancia a medias. Recordé que esta no era mi habitación. Donde estaba?
  Al mirar a mi alrededor, me encontré con alguien parado frente a un ventanal observándome de brazos cruzados y con expresión impaciente.
  ―Donde estamos?―Pregunté con voz ronca, sentía la garganta seca por la falta de liquido. Para mi sorpresa, me encontraba recostada en una placentera cama de dos plazas y un colchón extremadamente cómodo.―Cuanto tiempo me he quedado dormida?
  ―Estamos en un hotel, a las afueras de Washington. Duermes como un tronco, lo sabias? No te has despertado durante todo el viaje.
  Lo mire escéptica ignorando su ultimo comentario.
  ―Como que fuera de Washington?!
  Es que acaso pensaba que este juego duraría por mucho más tiempo? Cual era el límite?! Debía preguntar los detalles, y esta vez obtendría respuestas.
  ―Y Ryan? Donde esta?―Pregunté buscando mi teléfono móvil sin encontrarlo, recordé que se me fue arrevatado de las manos por la misma persona que se encontraba enfrente de mí.
  ―Probablemente siguiendo nuestro rastro más cerca de lo que parece. Te has quedado dormida mucho tiempo, es hora de irnos.
  ―Exactamente hasta cuando te aburrirás de jugar?―Inquirí poniéndome en pie y acercándome al ventanal. Era de muy entrada la noche, pero aun así eso no quitaba el hecho de que hubiese muchas personas en la gran ciudad. La vista y los edificios me parecieron irreconocibles asegurándome de que no era mentira lo que había oído.
  De pronto, en medio del silencio breve que se hizo, un timbrazo resonó en la estancia. Reconocí el llamado de mi teléfono móvil que se encontraba sobre la mesita de noche al lado de la cama. Corrí hacia él y contesté inmediatamente.
  ―Ryan?!
  ―Haley! Donde demonios te has metido?!―No era Ryan, la voz de Lianne se notaba muy alterada y enfadada. Había olvidado por completo que yo estaba bajo la responsabilidad de Lianne.―Crees que porque ya tienes diecisiete años puedes hacer lo que se te dé la gana?!
  No supe que responder. Me quedé muda y sin saber como afrontar esto. Que le diria?!
  Una mano se extendió hacia mí captando mi atención y en menos de un abrir y cerrar de ojos ya no tenia el móvil en la mano. Observé con horror como el gilipollas del hermano de mi amigo tenia intenciones de contestar.
  ―Que crees que haces?!―Farfullé en voz baja.
  ―Te libro de un lio―Respondió con una sonrisa maliciosa.
  ―Y que le vas a decir? "Hola, soy el raptor de tu sobrina"? Devuélveme eso!
  Él, como siempre, me ignoró y se llevó el móvil al oído.
  ―Hola? Soy un "amigo" de...―Se detuvo en mitad de la frase pues era obvio que ni siquiera sabia mi nombre. Me llevé las manos a la cara y le ayudé resignada con eso que pretendía hacer.
  ―Haley―Susurré.
  ―Haley―Repitió él hablando para Lianne.―Si, lo siento. Pero ella hoy no regresará a casa... Si... Oh, no, no es eso... Pues verá, en un hotel.―Empalidecí cuando supe lo que acababa de hacer este estúpido tarado. Que rayos creía que pensaría Lianne de todo esto?!―No, por supuesto que no... ―Su expresión se notó asqueada por unos segundos antes de que Lianne agotara el límite de su paciencia.―Mira, me importa un _____ lo que piensas, ahora si no te importa, podrías meterte tus palabras por...
  Le quité el teléfono antes de que empeorara más la situación. Ryan tenia razón, este capullo era un estúpido retrasado mental. Sin tentar más mi mala suerte, colgué el teléfono y me tiré de nuevo a la cama, rendida y sintiéndome perdida. Aunque volviera a Forks, mi vida estaba acabada, probablemente Lianne no me volvería a recibir en casa y me creería una rebelde sin causa después de esto. Que más me daba regresar o no... Ahora tendría que dejar los estudios para buscarme un trabajo con el que mantenerme con vida hasta casarme y ser mantenida por un marido al que no le importe tener una carga consigo; Y si no era todo eso, Lianne acabaría matándome con sus propias manos. Probablemente eso seria lo mejor.
  El móvil volvió a timbrar y no tuve la más mínima gana de contestar, solo una mirada bastó para animar mi estado de animo. Esta vez si se trataba de Ryan.
  ―Dios! como me alegra escuchar tu voz!―Dije con un suspiro y con pesadez.
  ―No deberías estar asustada?―Preguntó este.
  ―Lo estaría si el vampiro raptor no fuera un completo idiota.―Mascullé. El interpelado me mostró los colmillos en respuesta y yo le dedique una sonrisa maliciosa.―Por favor, dime que estas cerca.―Supliqué.
  ―A juzgar por lo débil que es tu olor aquí, me temo que Ivan me ha tendido una trampa.―Ivan sonrió con ganas y esta vez fui yo quien le fulminó con la mirada.
  ―Estamos a las afueras de...―Intenté avisarle de nuestro paradero, pero antes de que pudiera culminar la frase, Ivan se posó detrás de mí y pegó su boca a mi oído hablando en voz muy, muy baja:
  ―Si te atreves a decirle donde estamos, no volverás a tener el privilegio de poder hablar por teléfono nunca más.―Amenazó―Date por feliz de que no te lo haya quitado de una vez por todas.
  ―Haley?―Instó Ryan al otro lado del teléfono con voz preocupada.
  ―Lo siento Ryan, yo...
  ―Lo sé, no te preocupes, te encontraré.―Calló por unos segundos y luego continuo.―El muy idiota no es tan estúpido como pensé. Ha elegido ciudades demasiado pobladas como para poder correr a velocidad vampirica. Lo siento Haley, tardaré un poco, pero te prometo que te encontraré.
  ―Vale. Ten cuidado si?
  ―Ya, eso mismo quería pedirte yo a ti.―Habló con sarcasmo―Por favor Haley, conociéndote, te pido que no intentes nada estúpido y tientes tu suerte haciendo algo insensato.―Pidió con tono cansado, como si estuviera realmente cansado de repetirlo.
  ―Por fin un buen concejo.―Repuso Ivan con una nota burlona.
  ―Si pasa algo no dudes en llamar―Indicó.―Sé que no serviría de nada, pero quiero enterarme y asegurarme de que estas bien.
  Esas palabras me conmovieron, incluso más de lo que yo haya podido esperar. Mi corazón latió desembocado y la sangre me hirvió bajo la cara. Oí una risita detrás de mí y traté de ignorarla.
  ―De acuerdo―Asentí.―Y por favor, no olvides la promesa que me hiciste sobre darle su merecido al idiota de tu hermano.
  ―Créeme, no se me olvidará. Y no sé por que te empeñas en decir que es mi hermano.
  ―Tienes razón, aunque vuestras caras sean idénticas, por dentro él está podrido...
  Ivan pasó a propósito por mí delante, y pateo mi tobillo levemente con la punta de su pie.
  ―Ay! ...Seras capullo!―Solté una maldición sin pensarlo. En definitiva, Ryan lo oyó y su voz se alteró.
  ―Si le haces algo estás perdido, me oíste? No me importará arrancarte la cabeza y volver a arrancártela cuando te hayas recuperado.―Amenazó Ryan al otro lado de la linea.
  Ivan soltó una risa y me quitó el móvil de las manos. Yo me apoyé en mi pie malherido tratando de sofocar los dolores.
  ―Yo también te quiero hermano, adiós.―Y colgó.
  Inmediatamente después de colgar, se oyó un ligero toqueteo en la puerta de la entrada llamando nuestra atención. Miré extrañada y cautelosa la puerta, imaginando infinidades de cosas. A lo mejor y él se había aburrido y había llamado a sus camaradas para devorarme entre ellos...
  ―Su orden, señores―Anuncio una voz femenina del otro lado de la puerta.
  Orden?
  Miré confundida como Ivan caminaba hacia la puerta y la abría sin más. Una mujer vestida con un uniforme de camarera abrió los ojos como platos al observar quien le había atendido. Se ruborizó y clavó su mirada en sus pies para entrar en la habitación con un escabiladero con ruedas y un gran plato cubierto sobre él. Lo depositó cerca de la entrada y se disculpó antes de pretender salir de la habitación.
  ―Espera―Llamó Ivan antes de que esta cerrara la puerta. Lo miré atenta y con el ceño fruncido. Que planeaba ahora?―Tienes unos minutos dentro de media hora?
  Que?!
  El color de la cara de la mujer se tornó bruscamente de un color tomate ante aquellas palabras, casi igual que yo, solo que con diferente reacción. Mientras la de ella era rubor, lo mío se centraba más a lo que se le llamaba ira. La pobre ni siquiera se enteraría de que la estaban invitando a su propia muerte en ves de a una cita.
  ―Por supuesto...
  Justo cuando aquella pobre mujer intentaba aceptar la invitación, me precipité al lado de Ivan y le sujete del brazo con un exagerado gesto de cariño.
  ―Amor mío, es que acaso piensas dejarme sola en nuestra luna de miel?―Pregunté inocentemente y mordiéndome la lengua al terminar la frase. Esa mentira me costo de todo mi autocontrol para no votar lo poco que tenia en el estómago, pero por lo menos así, aquella mujer estaría fuera de riesgos.
  La mujer que hasta hace unos segundos se encontraba ilusionada, miró ofendida al tipo que abrazaba a mi lado para después dedicarle una mirada de desprecio y cerrar la puerta. Inmediatamente me alejé de él en cuanto vi la oportunidad.
  ―Puaj!―Exclamé sacudiéndome las manos y dándole la espalda.
  Repentinamente, unas manos me aferraron el mentón y la cintura, haciendo que soltara un grito de sorpresa.
  ―Que rayos pretendes.―Masculló por detrás.
  ―Te ibas a almorzar a esa pobre mujer―Le acusé sin mostrar miedo alguno.
  ―Y que si lo hago. Tengo que alimentarme...
  ―Pues por mí que te mueras de inanición.―Le interrumpí.
  Soltó una risa malévola contra mi yugular.
  ―Te estás ofreciendo de alimento?―Interpeló en un susurro.
  Tragué saliva con tan solo imaginarlo. Que fácil seria morir en estos momentos. El solo necesitaba clavar sus dientes en mi cuello que se encontraba a menos de cinco centímetros de su boca y de su alcance.
  ―No―Respondí por primera vez con voz temblorosa.
  ―Y que sugieres?
  ―Siempre podrías hacer lo mismo que Dylan y los demas.
  El bufó soltándome y yo caí sentada sobre mis rodillas.
  ―No me hagas reír―Dijo con desprecio.
  ―Me refiero a robar los bancos de sangre que hay en los hospitales.
  ―No.
  ―Por qué no? Da igual como lo bebas, siempre sabrá a... sangre, no?
  Me dedicó una ancha sonrisa con aquellos ojos rojos brillantes y aterradores.
  ―Me gusta sentir la nota tibia de lo fresca que esta antes de tragármela.
  Si sus intenciones eran asustarme, lo había logrado. Me estremecí ante su respuesta y me prometí a mí misma de pensármelo dos veces antes de preguntar la próxima vez. Dado que su plan había hecho efecto victoriosamente, se apartó de mi y abrió la ventana para inhalar profundamente.
  ―Trágate eso de una vez―Me señaló con la barbilla la fuente de comida que la camarera nos había traído.―Tenemos que partir cuanto antes.
  El lo había pedido para mí? No sabia que pensar de este tipo. Suponía que su arrogancia y su desprecio por el amigo de su hermano no significaba que odiara a su hermano de verdad. Era obvio que tenia cierto desprecio también por los humanos, pero que podía pensar de su forma de actuar? Francamente no entendía su manera de ver las cosas ni sus razones que podría tener para molestar a su hermano y no creía que décadas de inmortalidad le aburrieran tanto como para distraerse de esta manera. Preguntas y más preguntas se acumulaban en mi cabeza y todas sin ninguna respuesta ya que este no se dignaría a contestar.
  Sin chistar, cogí los cubiertos y me acomodé frente a la comida. Comencé a beber el baso de agua que tenia al lado hasta bebérmelo de un solo trago. Seguidamente continué con el plato de comida, los primeros bocados del bistec con papas fritas y saladas me dejo sedienta nuevamente, pero me conformé.
  Sin que yo haya dicho nada, Ivan se acercó a la mesita de noche y cogió el teléfono conectado a la linea del hotel y pidió un vaso más de agua. Le observé realmente sorprendida de ello, pues suponía que el no tendría tanta "sed" como para beber agua. Aun así no pregunté nada y me dediqué a comer en silencio. Cuando otra camarera trajo el vaso de agua, él la recibió y yo estuve lista para actuar en cuanto este se dispusiera a tentar contra la vida de la muchacha, pero no fue necesario, ya que no intentó nada. Me tendió el vaso de agua y yo se lo agradecí a regaña dientes.
  Mientras comía, de pronto el móvil timbró haciendo que sobresaltara, instintivamente mi mano lo cogió de inmediato esperanzada de que fuera Ryan. Al percatarme de que se trataba del número de Lianne, suspire amargada y lo deje timbrar depositándolo sobre la mesa para dedicarme a continuar con mi comida.
  ―Tu y Ryan son...?―La voz que rompió el silencio me sorprendió que fuera de mi unico acompañante en esta habitación. Lo miré escéptica y sin poderme creer que él haya preguntado.
  Me llevó unos segundos tratando de comprender lo que me había querido preguntar y dejo a medias.
  ―Somos amigos.―Le corregí con un ligero calor en mis mejillas.
  El rió con ganas y yo le miré con el ceño fruncido.
  ―Que es tan gracioso?―Pregunté con verdadera curiosidad.
  ―Esa respuesta, de ti, suena como si lo lamentaras.
  ―Yo jamas lamentaría ser amiga de Ryan―Dije con voz dura.―Él es amable, comprensivo, atento, maduro...
  ―Y olvidas el "un buen amigo"―Me recordó con su tono de burla echándose a reír nuevamente.
  Me puse colorada de lo que él estaba insinuando.
  ―Las cosas no son así.―Contradije concentrándome en mi plato.
  El teléfono móvil que aun timbraba con insistencia en la mesa, dejó de sonar en cuanto este lo tomo en sus manos y presiono "colgar", en seguida, le observé marcar un numero y llevarse el aparato al oído.
  ―A quien llamas?―Intenté preguntar, pero antes de que pudiera replicar algo más, depositó el móvil en la mesa presionando el botón de alta-voz.
  ―Haley?―Llamó la voz de Ryan al otro lado de la linea. Mi corazón dio un brinco al escuchar su voz como si este respondiera a su llamado. Fulminé con la mirada al estúpido de su hermano que permanecía callado con una ancha sonrisa en su estúpida cara con su estúpido dedo sobre su estúpida boca instándome a que guardara silencio.
  ―Hola, hermanito―Saludó este.
  ―Ahora que―Respondió Ryan con voz rígida.
  ―Quería hacerte algunas preguntas con respecto a tu "amiguita"―Su divertida sonrisa se ensanchó más obviamente disfrutando de lo que planeaba hacer. Lo miré fulminantemente pero no me atreví a decir nada.―Porque es solo tu amiga y nada más, no?



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Y aqui les dejo otro capi de esta saga :)
Espero y alla sido de su agrado, yo por mi parte, me gusto escribir los pleitos de Haley e Ivan, hasta creo que me emocionaba cuando hablaba Ryan por telefono xD!!jaja
Ahora veamos que dice Ryan con la pregunta de Ivan xD!
Bueno, dejadme su comentario si les gusto :)
chauuuuu!!!


5 comentarios:

  1. Creo que Ivan solo intenta hacerse el "chico malo" pero en realidad no lo es solo esta un poco resentido con su hermano, ademas me gusta la forma en que provoca a haley para hacerla enojar es muy chistoso!. Me dejaste con ganas de leer el segundo cap. ojala lo publiques pronto:)
    Att: Luisa!

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  2. quisiea que publicaras pronto el proximo capitulo este estaba super emocionante y me muero de las ganas y de la intriga de saber que pasara en el proximo capitulo

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  3. wooo hermanita te diré que acá en México son las 2:28am woooo muy tarde pero admito que vale la pena desvelarse leyendo tan fantásticos Cap. te lo repito una y mil o asta un billón de veces eres una magnifica y grandiosa escritora esto me mega encanta me he enamorado de esta nueva saga enserio sigue así besos TQM me mega muero por seguir leyendo cada una de tus historias asta pronto hermanita cuídate y NTP yo estoy bien hasta pronto besos mua

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  4. Yurii hahaha no sabia x donde publicar esto ;) Jejeje :$ Bueno te quiero decir que tienes un PREMIOO EN MI BLOOOG,Ahora gria (? Wee :D Jajaja! Aca en Argentina es el dia del amigo y por eso quiero desearte un HERMOSO DIA AMIGA!!♥Te quiero Muchoo..gracias por estar conmigo desde el comienzo♥

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  5. Holiis.Soy nueva,ya te sigo ;) Jujee me recomendo tu blog,soy la hermana :D Me encanto la historia de renesmee =) empeze con un pequeño blog..http://alifenormal.blogspot.com/ te pasarias?Gracias♥Un beso!

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