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jueves, 25 de agosto de 2011

Cap.4 - "Recuerdos inolvidables"

  ―Mira, aquí vamos otra vez. Cuando se cansará el profesor McNoile de llamar? Todos saben que uno de los O'Farrell nunca se presenta en la quinta hora. No se ni por qué se molestan en apuntarlo en el listado de esta clase.
  En el aula de un prestigiado colegio, se llevaba acabo la quinta hora después del almuerzo: Literatura. Y en ella, uno de los treinta y siete alumnados murmuraba lo suficientemente bajo a otro chaval para que el breve cotilleo quedase entre ellos y nadie más... Para su ignorancia, aquel alumno no se percató de que un chico en particular se hallaba lo suficientemente cerca como para oírlo; Uno de los nombrados O'Farrell, uno de los gemelos que si se encontraba presente en la clase a diferencia del otro. Su nombre era Ryan Seán O'Farrell Cranwell.
  Ryan resopló por lo bajo simulando y haciendo como si aquel cotilleo no se trataba de su propio hermano, Ivan.
  ―Pero por qué siempre se salta esta clase?―Interpeló entre susurros uno de los chismosos.
  ―No lo sé, pero creo que lo han visto varias veces escaquearse hacia el gimnasio. He oído, que se está viendo con varias chicas en ese lugar.
  "Babosadas y palabrerías", pensó Ryan manteniendo la vista fija en el enorme pizarrón de enfrente, cuando el profesor McNoile termino de pasar listado. Ryan sabia con exactitud que era lo que hacia su hermano a esa hora en aquel desolado gimnasio. Sabia que su hermano Ivan, gustaba de salir con chicas, con cuantas pudiera, pero sabia que Ivan precisamente no aprovechaba la quinta hora de literatura en esas tonterías. Pero dar explicaciones a entrometidos que no tenían nada más de que hablar, no iba con su estilo. Más que eso, no sentía ni la más mínima intención de dirigirles la palabra. Además, en lo unico que se preocupaba él ahora, era en aprobar el próximo examen importante que se le avecinaba.
  Hacia unas semanas, el director Doley - Quien estaba fascinado y encantado por la inteligencia y la dedicación de este joven muchacho -, había presentado una solicitud a una universidad que daba grandes oportunidades a jóvenes estudiantes como Ryan, con excelentes calificaciones y un gran intelecto estudiantil. La solicitud había sido aceptada unos días antes, y con él, una fecha exacta se había fijado en el calendario anunciando que aquel día, era el día en que Ryan demostraría que era apto para dicha prestigiosa universidad pese a su edad. Él había estado esperando ya hacia mucho tiempo esta gran oportunidad, y no la desperdiciaría, por supuesto que no. Esta beca lo era todo para él, era mucho más de lo que sus padres le podrían dar y ellos estaban orgullosos de él.
  Mientras tanto, en el ya mencionado gimnasio del mismo instituto y a la misma quinta hora, fuera de la sala de gimnasio detrás de la gran puerta, se oían los constantes golpeteos contra el suelo haciendo eco en el enorme espacio con el que contaba el gimnasio. Dentro de este, un joven idéntico a Ryan se encontraba dándole botes a un balón de baloncesto contra el suelo y tirando insistentemente desde una posición hacia el aro que colgaba enfrente. Absolutamente todas cruzaban limpiamente aquella canasta de baloncesto, pero eso a Ivan no le detenía a que siguiera lanzando.
  A diferencia de Ryan, Ivan Trevor O'Farrell Cranwell era un chico mucho más atlético y más inclinado por el físico a los aburridos estudios como lo era su hermano para él. Las oportunidades que sus habilidades le podrían aportar para su futuro, quizás y eran muchas, pero Ivan no se interesaba en pensar en ninguna. "No por ahora", se decía a sí mismo mientras disfrutaba del presente. Divertido, lujurioso, y presuntuoso como era, Ryan afirmaba que si no se daba prisa en madurar, no llegaría muy lejos. Pero a Ivan, la opinión de los demas, incluso la de su propio hermano, podían irse al mismísimo retrete.
  Esa misma tarde, después culminar con un día entero de estudios y al llegar a casa. Casi como todos los días, un chaval de ocho años, el hermano menor de los gemelos: Declan; Salio del ceñido salón en donde se encontraba y recibió a sus hermanos con aquella euforia de siempre cada vez que los veía atravesar el umbral de la humilde residencia O'Farrell.
  ―Ivan! Ryan!―Exclamó Declan recibiéndolos efusivamente.―No podrán creer lo que están pasando por la tele; La liga de baloncesto esta en vivo y en directo!
  Declan, tan aficionado con ese deporte, como lo eran sus hermanos, tenia una fuerte debilidad con eso. Su madre, quien siempre tenia problemas con el chaval para que hiciera sus tareas antes de que se marchara a jugar con Ivan a la cancha que se encontraba cerca, a unas cuantas manzanas de casa.
  Los tres hermanos se dirigieron al salón donde reposaba la vieja y destartalada televisión y se sentaron juntos enfrente.
  ―Algún día estaré allí―Afirmó Declan con anhelo, mientras su vista se posaba en el partido que se estaba llevando acabo. Sus ojos brillaban únicamente cuando se trataba de Baloncesto.
  ―Sigue soñando, chaval―Ivan, quien se encontraba más cerca de este, revolvió los cabellos de Declan con tono burlón.
  ―Siempre podrías estar allí―Contradijo Ryan a Ivan con la tranquilidad con la que solía hablar.―Si te esfuerzas, podrás lograr lo que te propones.
  Ivan bufó con tono aburrido.
  ―Tengo una idea!―Declan se paró del sillón con una expresión energética, a la que los dos gemelos ya conocían.―Por qué no vamos a jugar ahora mismo? Mama aún no ha llegado a casa―Sugirió ensanchando más su sonrisa con lo ultimo.―Hace mucho que no jugamos los tres juntos.
  ―Lo siento, Declan.―Se disculpó Ryan―Ahora más que nunca necesito concentrarme en mis estudios, sera para otra ocasión.
  El tono de desilusión de Declan se notó a puras claras, hizo de su boca un puchero inconforme pero asintió sin chistar, pues a pesar de tener tan corta edad, entendía las razones de su hermano.
  ―Tu si vendrás, verdad? Ivan―Declan se giró esperanzado hacia su otro hermano, quien no pudo rechazar aún que lo quisiese.
  ―Como si no supieses la respuesta.―Repuso Ivan rodando los ojos y estirándose aparatosamente para incorporarse.
  Declan había notado que últimamente la relación de él y sus hermanos ya no era la misma, en principal, sentía que Ryan se estaba distanciando poco a poco debido a la gran dedicación que le ponía a sus estudios, entendía que era algo justificable, pero odiaba la idea de que ya no podía jugar con sus hermanos como antes. Lo unico que le sustentaba a Declan para seguir esperando esa oportunidad de que las cosas volvieran a apaciguarse como antes, era que pronto, el importantísimo examen de Ryan, acabaría dentro de poco.
Una hora más tarde, después de que Ryan se volviera a internar en su habitación para seguir con los aburridos repasos, Declan e Ivan se habían escaqueado de las tareas aprovechando la ausencia de su madre.
  ―Faltan menos de una semana―Dijo distraídamente el pequeño Declan; Llamando la atención de Ivan mientras lanzaban surtidamente el balón hacia la canasta vieja y empotrada en lo alto del unico muro.
  ―Para que?―Preguntó Ivan sin verdadera curiosidad.
  ―El examen de Ryan sera dentro de poco.―Explicó Declan lanzando el balón y encestándolo con un tiro limpio.―Si sale todo bien, volveremos a jugar de dos contra uno. Ya verán cuando les muestre que puedo con vosotros dos yo solo―Habló con confianza, y luego añadió:―Apuesto a que a Ryan le será pan comido ese estúpido examen.
  Ivan había notado que Declan no era el mismo chiquillo eufórico de siempre. Aquella energía con la que solía hablar o hacer payasadas se había esfumado poco a poco desde que los tres hermanos ya no asistían juntos a la misma cancha donde se encontraba él y su hermano menor ahora.
  ― Declan―Llamó Ivan, el hermano menor notó que el tono de voz de Ivan se había hecho serio, cosa que casi nunca se podía apreciar de él.―Debes saber, que cuando Ryan apruebe ese examen, el tiempo que tendrá sera mucho más reducido que ahora.―Aclaró fríamente y dejando de tirar a la canasta.―Sabes que ese examen significa la admisión en una universidad. Cuando Ryan lo apruebe, espero que no te hagas ilusiones.
  Declan clavó los ojos en sus pies sin responder. El sabía que Ivan casi nunca hablaba en serio, pero cuando lo hacia no podía evitar notar que sus palabras eran tan duras y frías como el hielo. Por supuesto, Declan no había pensado en aquello como lo había dicho Ivan, y no era para más, pues solo era un crío de tan solo ocho años de edad.
  ―Oh...―Fue lo unico que articuló el pequeño sin poder levantar la mirada.
  ―Será mejor que volvamos a casa.―Anuncio Ivan.―Mamá no tardará en llegar pronto.
  Y así fue como salieron de al campo de juegos deslizándose juntos sobre un valla que separaba las calles transitadas de la cancha de juegos. Cuando lograron pasar al otro lado, muchos gritos alarmantes llamaron la atención de los dos hermanos.
  ―Que está pasando?―Preguntó Declan acercándose a la esquina que los ocultaba de la gran avenida. Ivan hizo lo mismo pero con una expresión irritada.
  No era la primera vez que bullas como esas se oían cerca de allí. La ciudad donde vivian, siempre había sido perturbante.
  Se oyó un fuerte estruendo, el cañonazo de un arma casi al mismo tiempo que más gritos alarmantes se desgarraban. Ivan se apresuró en husmear medio escondido desde la esquina que los ocultaba y antepuso su propio brazo sobre el pecho de su pequeño hermano, impidiéndole que este pudiera ver lo que ocurría en esa calle.
  ―Que ocurre?―Insistió Declan intentando colarse bajo el brazo de su hermano.
Ivan logro ver entre la muchedumbre que se amontonaba al otro lado de la calle. "La Bar-Table", un bar al que Ivan nunca había asistido. Era obvio que algo sucedía dentro en la cantina.
  ―Por favor―Suplicó un hombre que salia del mismo bar tropezando y cayendo sobre el asfalto y seguido de un tipo empuñando en alto una pistola―Aún no tengo el dinero!
  Muchas risas y burlas se alzaron al lado del local. Dentro de una furgoneta negra, se encontraban cinco jóvenes aparentemente de la misma edad que este último, no aparentaban más de veinte años.
  ―Ese es tu problema!―Vociferó este último.―Te dimos un plazo, debiste enviar el dinero hace tres días!
  En ese mismo instante, Ivan reconoció a la persona que se asomaba con expresión aterrada por la ventana del mismo local: Era la Sra. Molly, la amiga de mamá que siempre traía a casa a una cría de dos años igual que en ese mismo momento. Ambas lloraban de miedo.
  ―Solo denme unos días más―Suplicó el hombre de rodillas en la acera de enfrente de su propio local―Conseguiré el dinero en unos cuantos di...
  Fue interrumpido por la precipitada patada que el armado propinó contra la cara del hombre.
  ―Hiciste un trato con mi jefe!―Gruñó este sin compasión y apuntando su arma directamente contra la cabeza del hombre.
  La Sra. Molly soltó un grito ahogado e intentó salir del local precipitándose por la entrada. Su avance frenó de inmediato cuando el arma que apuntaba contra su esposo se giró repentinamente hacia ella y a su hija.
  ―No! No, por favor, te lo ruego. Molly!―Chilló el hombre desesperado y aún de rodillas en el suelo, observando con frustración hacia su agresor.
  ―Queremos el dinero para hoy mismo―Dijo firmemente el joven armado y sin dejar de apuntar a la Sra. Molly.
  ―Lo-lo conseguiré! Si... Hoy mismo! De acuerdo! Pero por favor! no le hagas nada a mi familia!―Lloriqueo el hombre incorporándose torpemente de inmediato.
  A su lado, los jóvenes que se encontraban asomándose desde la furgoneta, soltaron más risas y silbidos de clara diversión. Con un acto de excitación ante el panico de aquella pobre familia, el conductor de la furgoneta, aceleró contra el hombre desesperado, haciendo que este cayera sobre su trasero al sobresaltarse. Más risas euforicas estallaron al instante, mientras el tipo armado ingresaba al local junto con la Sra.Molly y su hija, cerrando la puerta a sus espaldas. El hombre en llanto, se apresuró en ponerse nuevamente de pie y comenzó a correr en otra dirección, probablemente empezando a buscar de donde sacar el dinero exigido. A su espalda, le seguían los otros jóvenes empujando entre maliciosas burlas la furgoneta detrás del hombre quien tuvo que correr a más velocidad mientras lo seguían hasta la próxima esquina de la avenida. Ivan vio su oportunidad.
  ―Declan, escúchame.―Habló con urgencia después de presenciar la escena junto a su hermano menor.
  ―Ivan, ese tio tiene a la Sra. Molly y a su hija!―Exclamó Declan con voz grave.―Tenemos que hacer algo!
  ―No, tu no harás nada.―Habló severamente Ivan girándose por completo hacia su hermanito.―Tú te quedaras aquí, me esperaras hasta que vuelva con la boca cerrada, y nos iremos a casa en cuanto regrese. Me entendite?
  ―Pero...
  ―Declan! Me has entendido?
  ―Vale...
  Dicho esto, Ivan se alejó de su hermano y aprovechando que la furgoneta continuaba vacilándose al final de la avenida, Ivan cruzó la calle a toda velocidad y trepó por el muro de la casa de al lado de la cantina para saltar y trepar hasta el techo del propio local, introduciéndose hacia el interior por la ventana abierta del segundo piso.
  Ivan fue sigiloso y precavido estando dentro del local, a sabiendas de que si lo descubrían, probablemente esto seria lo ultimo que haría. La estancia era pequeña, no más grande que su propia casa y pronto halló las escaleras que daban hacia el primer piso, donde podía oír los leves sollozos de la Sra. Molly. Bajó con mucho cuidado cada escalón que le acercaba al primer piso, y cuando estuvo en el último escalón, asomó con mucho cuidado la cabeza, descubriendo con un alivio inmenso, que el agresor se encontraba dándole la espalda y lo que era mejor aún, tenia el arma reposando a su lado en la barandilla del counter de atención. El muy capullo se encontraba bebiendo descuidadamente una copa de licor que había sacado de la estantería y la Sra. Molly arrullaba con lagrimas en la cara a su pequeña hija en sus brazos a una extrema distancia, a una esquina de la cantina.
  Ivan no lo pensó más, se abalanzó contra el tipo arrollándolo por detrás y lanzando a su paso el arma hacia cualquier dirección apartada. La Sra. Molly exclamó de la sorpresa y se apretujó aún más a su asiento con ademan de proteger a su hija enterrándola contra su pecho. El forcejeo duró tan pronto como comenzó, Ivan sintió como el codo del joven agresor impactaba contra su labio inferior, obligándolo a soltarle por unos segundos y quedando algo aturdido por el golpe, los suficientes segundos para que el agresor se soltara y se alejara instantáneamente.
  ―No sabes de lo que acabas de hacer―Ivan escupió un cuajo de sangre de la boca, con una expresión sombría y una mueca a media sonrisa en su labio sangrando. Se limpió con el torso de su manga.
  A Ivan le importaba poco su apariencia física que hasta ahora le había ayudado a conseguir cuantas chicas que quisiera, pero lo histerica que se pondría su madre al ver indicios de que Ivan se había metido en peleas nuevamente, le irritaba más que el entusiasmo de desquitársela con su adversario.
  Seguro de que su contrincante no podía huir y llamar a sus acompañantes de ahí fuera, puesto que la entraba la tenia detrás de él, sonrió con confianza.
  ―Ivan!―Llamó la Sra. Molly, reconociéndole a primera vista de acuerdo con su actitud. Ryan jamas actuaría de esa manera; Una contundente prueba de que ambos gemelos se diferenciaban a una gran cantidad.
  Este hizo caso omiso al llamado de la Sra. Molly y se acercó amenazadoramente hacia el tipo que observaba con expresión grave el arma tirada en el suelo a una distancia demasiado apartada. Antes de que este pudiera defenderse, Ivan le atizó un puñete directamente a la cara, no solo partiéndole el labio justo como el suyo, sino también partiéndole la nariz.
  ―No, tú eres el que no sabe con quien te estás metiendo...―Soltó con voz agitada y amortiguada el joven sangrando y agarrándose la nariz con ambas manos.―Sabes quien es mi jefe?
  ―Por lo gilipollas que eres me doy una idea―Respondió serenamente Ivan.―El GRAND Alonzo, la mafia. No es cierto?
  El tipo rioo con malicia.
  ―Te llamas Ivan? Tienes familia?―Soltó una carcajada malévola, tosió y escupió la sangre que le chorreaba por la nariz.―Me aseguraré de que tengas tu merecido―Amenazó―Tu y toda tu familia...
  Ivan dio un paso hacia adelante con una expresión endemoniada, pero justo en ese instante, un alboroto fuera del local, llamó la atención de todos.
  ―...Que te apartes pedazo de escoria!―Vociferó la voz de un hombre allí fuera.
  Seguidamente, una frecuencia de tres disparos seguidos se oyeron justo en la entrada de la cantina. La Sra. Molly soltó un sollozo estruendoso y corrió hacia la salida en busca de su marido, mientras el tipo desarmado sonreía con ganas e Ivan le asestaba otro puñete que lo dejaba inconsciente para permitirse salir del local tras la Sra. Molly.
  Cuando hubo cruzado el umbral, los ojos de Ivan tardaron pocos segundos en acostumbrarse a la luz del día. Se detuvo en la entrada encontrándose con un gentío alrededor de un cuerpo tirado en el suelo. Justo en ese instante, el sonido del motor de la furgoneta dando vuelta y desapareciendo en una esquina, le dijo a Ivan que quien fuera que había disparado su arma, se encontraba fuera de alcance. Ivan se apresuró en internarse entre la muchedumbre, siguiendo a la desesperada Sra. Molly que corría entre sollozos y empujando a las personas para abrirse paso. Ivan no sabia que pensar, no sabia que hacer en momentos como ese, pero eso quedó atrás cuando con horror e incredulidad, Ivan pudo reconocer una parte de la prenda que llevaba puesto el cuerpo tirado en el suelo.
  Ivan sintió un vuelco en el estómago, y sin más preámbulos, apretó sus pasos empujando a la gente con más brusquedad y fiereza. No le importó que la Sra. Molly cayera al suelo con su hija cuando la arrolló hasta llegar al centro de la muchedumbre, no le importó nada, absolutamente nada cuando sus ojos reconocieron el cuerpo que yacía tendido en el asfalto, débil y ensangrentado. Ivan jamas creyó que pudiera palidecer como lo había hecho en ese mismo instante.
  ―Declan!―Logró decir con voz ahogada, arrojándose a su lado y tratando de tocar el cuerpo de su hermano con manos temblorosas e inseguras, temeroso de lastimar a su hermanito más de lo que aparentaba estar.
  Declan movió difícilmente sus ojos hacia su hermano quien lo llamaba insistentemente y lo cogía entre sus brazos.
  ―Llamad a una ambulancia!―Escuchaba la voz de su hermano fuerte y aterrada, mientras Declan emitía un borboteo de sangre desde su boca. Quería hablar, atender al llamado de su hermano, más de su boca no salia aire sino sangre y un horrendo borboteo insistente.
  ―No, no, no, no! Declan, Escúchame!―Gritaba Ivan con panico―No te atrevas a cerrar los ojos hermano, quédate conmigo, me oíste?!
  Pero Declan ya no oia a su hermano, se limitó a observar su rostro lleno de panico y a esperar en brazos de su hermano. Pronto, como si ya lo esperaba, la visión se le fue lenta y apesadumbradamente, sumiéndolo en la completa oscuridad.
  ―Te pondrás bien―Repetía Ivan constantemente, ignorando el hecho de que su hermanito ya no podía oírle ni verle, incluso quizá, ni sentirle, pues el rostro del pequeño Declan se había vuelto inexpresivo―Dios, NO!―Sollozó Ivan aferrándose al diminuto cuerpo de su hermano―Que alguien me ayude!
  Pero en esa calle, donde mucha gente se encontraba observando la trágica escena de un muchacho abrasado al cuerpo sin vida de su pequeño hermano, no llegó ninguna ayuda hasta que fue demasiado tarde...


  Horas más tarde, ya para que explicar la reacción de Ryan y sus padres. El miembro más pequeño y puro de la familia se había ido para siempre, el dolor que habitó esa misma noche sobre la residencia O'Farrell era tan silencioso, que esto hacia las cosas mucho más dolorosas. Solo hasta que Ryan recuperó la conciencia, pues había permanecido todo el día sin decir ni una sola palabra (quizá por estar aún en estado de Shock, o quizá se debiera a que había perdido el deseo de hablar), fue el momento en que actuó al oír la puerta del lado de su habitación cerrarse de un portazo. Se trataba de la habitación de Ivan.
  Ryan se apresuró en salir de la suya e interceptar a su hermano en el pasillo antes de que Ivan pudiera acercarse a las escaleras.
  Ivan se detuvo y los dos se miraron durante un pequeño lapso.
  ―No fue tu culpa...―Comenzó Ryan en una voz desprovista de emoción.
  ―Aparta.―Le interrumpió Ivan con tono cortante.
  Pero Ryan no se hizo a un lado, ni siquiera se movió.
  ―Adonde vas...?―Preguntó Ryan. Esta vez adoptando una expresión más centrada y seria, pues temía que lo que se estaba imaginando fuera cierto.
  Y nuevamente fue interrumpido con el mismo tono de voz de Ivan.
  ―No es de tu incumbencia...
  ―Sí que lo es. Iras en busca de All' no es así?
  ―Quita tus narices de donde no te llaman...
  ―Es la mafia!―Vociferó Ryan tratando de que su hermano entre en razón.
  ―Me importa una mier...
  ―No hagas estupideces. Mamá y papá ya han tenido que soportar mucho por hoy. No iras a que te maten―Habló Ryan con voz firme y severa.
  ―Te he dicho que te hagas a un lado, Ryan.
  ―No.
  Entonces Ivan avanzó sin preámbulos y sobrepasó a su hermano sin dirigirle la palabra. Caminó con pasos rápidos y decididos; Casi corría por la sala de estar hasta llegar a la puerta, sin atreverse a mirar al sillón que hasta esa tarde, había estado compartiéndolo con su hermanito.
  ―Ivan!―Gritó Ryan desde las escaleras, pero este último lo ignoró cerrando la puerta bruscamente a sus espaldas.



  En medio de la noche, Ivan buscó, trato de averiguar todo acerca de las personas que habían estado dentro de aquella furgoneta, pero con tan pocas pistas y lamentosos resultados, vagó por las calles sin ninguna intención de volver a casa.
  Por qué?!―Se preguntaba por dentro―Por qué Declan no lo esperó como le había ordenado?
  Ivan sabia que era su culpa, que su hermanito estaba bajo su cuidado y que le había fallado costándole tan caro como perder a su hermano. La verdad era que ni siquiera se atrevía a regresar a casa, no podía verle a la cara de su familia sintiéndose culpable por la perdida de Declan. Mi culpa...
  Sin darse cuenta de como había llegado ahí, Ivan se encontró de repente con el corazón hecho un puño afligido, un nudo horrendo sofocando su garganta al observar la cancha de baloncesto desierta y en plena noche. Sus ojos, automáticamente se desviaron hacia el umbral de la cantina Bar-Tables, las luces estaban apagadas y el local había quedado clausurado. Unas lagrimas de odio a sí mismo recorrieron su rostro y se obligó a sí mismo a apartar la mirada. Saltó la vaya que innumerables veces había cruzado junto a sus hermanos; Antes los tres juntos, luego Declan y él hasta hace poco, y ahora solo él.


  Ryan no se había quedado en casa como él mismo lo había ordenado. A diferencia de Ivan, el no andaba por las calles en busca de venganza, solo trataba de sacar las absurdas ideas que tenia en la cabeza. Deseó haber aceptado la invitación de su hermano menor cuando se lo pidió, deseo poder repetir ese mismo día y haberlo compartido con sus hermanos en vez de haber estado preparándose para un ridículo examen. Recordó vagamente que habían pasado horas desde que había salido de casa primero en busca de su hermano, y que luego, se encontró tan sumido en sus pensamientos que había terminado olvidando lo demas por completo. Ryan no era tonto al creer que Ivan no encontraría al asesino de su hermano pequeño hoy mismo, dado lo que le dijo Ivan, Ryan creía que Ivan no seria tan insensato como para ir deferente con el Grand Alonzo, el jefe de la mafia y poner en bandeja suelta su inútil vida.
  Cuando Ryan levantó la cabeza, observó sobre él un enorme cartel que ponía "Terror en estado Puro; Dos entradas por una". Ryan se encontraba al frente de la entrada del cine, cuando de pronto, una voz llamó a sus espaldas.
  ―Vaya! Pero si es mi querido amigo Ivan!―Llamó un joven con una sonrisa maliciosa. En la parte superior de su ojo, lucia un enorme moratón con un bulto que Ryan estaba seguro, le tapaba la mayor parte de su visión.

  Ryan, al oír el nombre de su hermano, supo que le habían confundido. No fue ninguna sorpresa ya que mayormente era así, los dos eran cómo dos gotas de agua. No hizo ademan de corregirlo, pues sabia que tras esa expresión maliciosa de aquel tipo, escondía un raro propósito.
  ―No me reconoces? Pero si nos conocimos hace unas pocas horas!―Se carcajeó mostrando su horrible dentadura.―Mis compadres me dijeron que al que se cargaron fue tu hermanito―informó indiferente y con la misma sonrisa. A Ryan le invadió una sensación de haber tragado ácido cuando sus manos se cerraron en puños.
  De pronto, la detestable voz de aquel tipo, cambió a ser un tono más sombrío cuando continuó.
  ―Te dije que lo cobrarías muy caro.
  Entonces Ryan rasgó su fachada desconociéndose a sí mismo y perdiendo el sentido de la conciencia; Se abalanzó contra el tipo y quiso arrancarle esa aborrecible sonrisa de su cara con sus propias manos. Sin darle oportunidad a reaccionar, lo golpeo y lo golpeo con todas sus fuerzas y no supo cómo frenarse a sí mismo sintiéndose tan cansado hasta que no pudo levantar más su brazo para seguir golpeándolo, dejándolo moribundo y casi inconsciente en el suelo gimiendo incoherencias y retorcido hecho un ovillo cómo un pedazo de basura en medio de la calle.
  Ryan esperaba que después de haber hecho lo que hizo se sentiría satisfecho o por lo menos un poco mejor... pero no fue así. Permaneció recuperando la respiración y mirando al tipo desconocido en el suelo sin sentirse mucho mejor de cuando se enteró de la muerte de su hermano. Así que viendo lo inútil que resultaba todo aquello, se retiró de allí, no sin antes patear el cuerpo una vez más, con toda la ira que sintió al no servir de alivio cómo él lo esperaba.
  No era algo que Ryan Seán O'Farrell Cranwell solía hacer, la perdida quizá y le había hecho abrir los ojos diciéndole que después de todo no era tan distinto a su hermano gemelo y que no solo tenían parecido en lo físico...
  Ryan sonrió amargamente, quizá y se estaba volviendo paranoico de tanto pensar y no hablar. Como si fuera una casualidad, Ryan llegó a la pequeña cancha de baloncesto, donde tras la vaya que dividía el campo y las calles, encontró a su hermano gemelo sentado en medio de la cancha, con la cabeza enterrada entre sus piernas. Ryan se preguntó si en ese momento él mismo no tendría una apariencia algo parecida a Ivan. Podía notar cómo el dolor carcomía por dentro y parecía no haber manera de aliviarlo.
  Con un salto, que le hizo pensar en cuanto tiempo llevaba sin venir a este lugar, estuvo al otro lado de la vaya y dirigiéndose hacía donde su hermano reposaba. Por el camino, recogió la pelota de basketball entre sus manos y la llevo consigo hasta detenerse al lado de Ivan.
  ―Siento no haber accedido a venir hoy con ustedes―Confesó en un murmullo y con la mirada fija en el aro. Sostuvo la pelota en alto, con una apariencia de estar apuntando pero jamas lanzando, siempre la mirada fija en el aro, pensativo y silencioso.
  Ivan no dijo nada, ni siquiera levantó la cabeza hacía su hermano a pesar de que se encontraba a su lado.
  ―Mamá y papá no te culpan―Continuó a sabiendas de que Ivan estaba escuchando.
  Después de unos segundos de silencio, Ivan alzó la cabeza y penetró el mismo aro con la mirada, para después mirar a su hermano con una mirada incrédula y amarga.
  ―Ni yo tampoco―Se apresuró en decir Ryan. Inclinó y flexionó un poco sus rodillas y brazos para después lanzar la bola. Ivan siguió el transcurso de la pelota con la mirada y vio cómo esta impactaba primero en el contorno del aro, antes de pasar y anotar.―Maldición. Quizá me he ausentado mucho tiempo... Estoy perdiendo el toque.―Sonrió sin verdadera alegría.
  Ivan resopló.
  ―Declan podría haberte pisoteado. Das vergüenza.―Comentó Ivan con voz ronca. Decir su nombre había sido demasiado pronto para ellos, pero por algo sirvió... Ese seria el primer paso para afrontar las cosas.
  ―A que no sabes quién te estaba buscando hace un rato―Espetó Ryan recogiendo la bola que venia de regreso.
  Ivan no respondió, pero lo miró fijamente a la espera.
  ―La verdad es que no sé su nombre, en mi vida lo había visto. Pero parece que a ti si te conocía, tenia un ojo hinchado, así que me doy una idea de donde te conoce―Dijo Ryan lanzando una vez más. La pelota nuevamente chocó en el aro y se deslizó hacía dentro encestando una vez más.
  La expresión de Ivan cambió súbitamente. Abrió la boca para exigir más detalles pero antes de que pudiera emitir sonido alguno, Ryan continuó.
  ―Me confundió contigo.―Finalizó mirando a su hermano por primera vez a los ojos.
  La cara de Ivan se tornó en una expresión grave y Ryan se apresuró a decir:
  ―Creo que me pasee un poco con él. La verdad no sé cómo es que tu encuentras satisfacción golpeando a otras personas, pero debo admitir que parte de la impotencia desvanece.
  Para sorpresa de los dos, rieron al mismo tiempo de tal coincidencia. Ivan, más sorprendido que Ryan, pues hasta ahora, en lo unico que compartían sus gustos, era en el baloncesto. De ahí, a que Ryan opinara que pelearse era de alguna forma una manera de hacer justicia... Eso estaba fuera de la realidad.
  El dolor une a la gente... pensó Ivan.
  Ivan se incorporó sobre sus piernas con desgana pues había estado sentado allí por mucho tiempo, sentía que había llevado ahí más de una semana. Era tiempo de regresar a casa, de sentirse tranquilo por el resto de la noche que quedaba; Eso pensaron los dos hermanos encaminándose a su hogar, donde descubrieron cuan equibocados estaban al creer que el día había culminado.
  No hay acciones que no tengan consecuencias, y eso dice que todo lleva un precio ya sea justo o injusto, pues el día no acaba cuando el sol se oculta. Por lo menos, no para ellos.
  Incluso antes de acercarse a la calle donde se encontraba la residencia O'Farrell, notaron un secándolo proviniente de allí, pero mucho antes de eso, divisaron un gran resplandor doblando la esquina, un resplandor rojizo y amarillento que iba y venia constantemente mientras los murmullos y algunas que otras exclamaciones se alzaban cada vez más cerca mientras ellos se acercaban más a doblar la esquina. Intercambiaron una mirada antes de empezar a correr precipitándose y sin desviarse del camino de regreso a casa, pues el resplandor provenía de ahí. El sonido, el olor y el humo negruzco que se extendía por los aires les aseguraban que no se estaban equivocando, había un incendio muy cerca de casa.
  Cuando doblaron la esquina, se detuvieron súbitamente al observar la escena en llamas, bomberos corriendo de aquí para allá tratando de sofocar las leguas de fuego que se extendían sobre su propia casa y una sensación de derrota los había inundado mientras Ryan se sujetaba la cabeza entre sus dos manos e Ivan solo miraba con sus ojos azules centellando al mirar el fuego que parecía cobrar vida carcomiendo sin detenerse sobre las paredes de su propio hogar.
  ―No puede acercarse!―Oyó Ivan a uno de los bomberos que le impedía el paso a Ryan.
  ―D-donde están mis padres?―Exigió Ryan insistiendo.
  ―Manténgase fuera del alcance joven. Es peligroso acercarse.
  Ivan y Ryan notaron la vacilación de aquel hombre al contestar con indirectas. Las esperanzas nunca llegaron a tocarlos y la incredulidad de todo lo que estaba pasando les impedía estallar a gritos, o quizá solo era el hecho de haber sentido tanta aflicción por un día. Y sin darse cuenta de cómo, los dos fueron arrastrados hacía atrás y ocultados de la escena. Ellos no se opusieron mientras clavaban sus ojos sobre lo poco que quedaba de su casa y sin saber que ahora lo unico que tenían, eran el uno del otro.
  Un día, basto un solo día para perderlo todo.

~Haley~

  Me mantuve en silencio tras oír todo lo que Ivan me acababa de contar, no tenia palabras con las que instar cuanto lamentaba haberme entrometido, y es que no tenia idea alguna de cuan difícil podía haber sido para él volver a revivir todo aquello. Un recuerdo que fue enterrado y ahora escarbado solo para darme la satisfacción... Un sentimiento de asco me vino directo al estómago.
  ―Lo siento―Murmuré apartando la vista de él.
  Ivan permaneció en silencio durante lo que me pareció una eternidad, pero que a la vez me dio tiempo de aclarar mis ideas. Ahora podía comprender por qué es que Ryan no había querido sacar el tema, y no le culpaba en lo más mínimo.
  ―No logro entender... Por qué ustedes dos no se llevan bien después de todo...―Vacilé―lo que les paso―Concluí en voz baja.
  Ivan no contestó por unos escasos segundos más, con la mirada fija en la carretera y una expresión sin vida.
  ―El y yo... Nuestra manera de pensar eran muy diferentes―Explicó―No es que ahora eso haya cambiado, pero... Supongo que tuvo que pasar aquello para que nos diéramos cuanta de cuan distantes éramos.―Concluyó arrugando el ceño.
  ―Que hicieron a partir de ese entonces?―Me atreví a preguntar.
  ―El tipo al que Ryan y yo habíamos golpeado, resultó ser sobrino de Alonzo, así que ya te darás una idea de porque nuestra casa fue achicharrada con nuestros padres dentro.―Dijo indiferentemente.―Después de enterarnos de eso, Ryan y yo discutimos y pusimos nuestras diferencias en primer plano, ni siquiera tuvimos el detalle de medirnos y eso incluye una gran masa de reproches.


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  ―Ya esta bien, Ivan! Estoy harto, por qué simplemente no lo dejas pasar?! Mira adonde nos ha llevado todo esto, no tenemos a donde ir! nuestros padres están muertos! Declan está muerto! Por qué no lo entiendes?!
  ―Crees que no lo se?!―Explotó Ivan girándose por primera vez a su hermano―Fui yo quién vio morir a Declan, no tú! Y te atreves a decir que no lo entiendo?! No-tienes-idea, me oíste?! Nunca entenderás!
  Se miraron en silencio dedicándose el uno al otro la mirada más ácida que sus ojos podrían proporcionarles. Por supuesto que Ivan entendía cuanto habían cambiado las cosas en unas pocas horas, él había visto desaparecer la luz en los ojos de Declan en sus brazos, cómo la vida se le escapaba de las manos sin que él pudiera hacer algo, impotente y con un sabor amargo en la boca; Pero lo que en realidad no entedia Ivan,  eran las razones de Ryan al dudar de él. Ryan se preguntaba cómo es que su hermano aun deseaba más de todo lo que habían pasado, lo unico que Ryan deseaba era que de una vez por todas se acabara ese maldito día en el infierno. No soportaba la idea de sentir otra perdida, no soportaría la idea de enterarse en ese mismo día que, su hermano, su única familia había ido en busca de su propia muerte, dejándolo completamente solo en el mundo. Por eso tomó una decisión... Si no había de otra, si no podía convencer a Ivan de abandonar ese estúpido deseo de venganza, cortaría los lazos para que cuando suceda no hubieran lazos a los que romper.
  ―La venganza no te llevara a ningún lado más que a metros bajo tierra.
  ―Metete en tus propios asuntos―Contestó Ivan dándole la espalda y encaminándose fuera de la estación de policía.
  Ryan lo siguió hasta el primer escalón de la calle y se detuvo, decidido a no seguir con el estúpido juego.
  ―Bien!―Exclamó con ira―Es aquí donde tu tomas tu camino, y yo el mío!
  Ivan, quién estaba sobre los últimos escalones cerca del asfalto, se giró y encaró nuevamente a su hermano.
  ―No podrías haberlo dicho de una mejor manera―Espetó dando credito a las palabras de Ryan.
Se miraron unos instantes más, esta vez sin ninguna pista de ácido en los zafiros ojos de ambos hermanos y sin ni una solo palabra más se dieron la espalda, tomando decisiones y caminos distintos, tal y cómo lo había expresado Ryan y lo había acreditado Ivan.

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  ―A partir de eso entonces no nos vimos durante tres años―Continuo Ivan.
  ―Que hiciste después de eso?―Pregunté dudando de que él hubiera ido directamente hacía la boca del lobo, cómo había dicho a Ryan.―No fuiste tras...
  ―De hecho, fui. ―Confirmó torciendo su boca en una sonrisa amarga.―No exactamente hacía el tio con voz de mando, pero fue fácil localizar al capullo que se chivó en contra de nosotros, o de mi, debería decir, ya que él nunca se enteró de quienes lo habían golpeado sino que pensó que solo era yo, de hecho, ni siquiera se enteró de la existencia de Ryan.
  Algo dentro de mí, me dijo que Ivan se alegraba de eso. Con sus diferencias y todo, podía saber que eso le aliviaba un poco... Incluso a mí misma. Ryan estaba a salvo sin ataduras con Ivan.
  ―No me lo pude cargar―Prosiguió―aunque estaba decidido a hacerlo. Nos interrumpieron cuando estaba a punto. Y pues, digamos que no salio ileso después de aquello. Aunque claro, Ryan había hecho lo suyo antes de mí, así que yo solo tenia que terminar con el trabajo.
  ―A que te refieres con que fuiste interrumpido?―Inquirí con una sensación de inquietud.
  ―Alguien que nos vio avisó a la policía. Así que no tardee mucho tiempo en regresar a la comisaria. Al final, mentí y distorsioné un poco mi historia al momento de declarar: Dije que yo había sido agredido primero, y cuando encontraron pruebas de que fue la mafia quién ocasionó el incendio y los asesinatos de mis padres y Declan, quedé libre de acusaciones y me dejaron marchar.
  Guardé silencio por un momento.
  ―Creo... que comprendo tus razones.―Murmuré sorprendida de mí misma al estar de su parte. De hecho, yo también sentía que la justicia no era especialmente la adecuada si uno no se lo tomaba por sus propias manos.―Que ocurrió con él después de eso?
  ―Ni idea―Respondió rápidamente―Me enteré de que quedo minusválido, pero desde que quedé libre de cargos, supuse que ese seria el mejor castigo para ese capullo.
  ―Se lo merecía.―Coincidí firmemente.
  Ivan resopló enarcando una sonrisa incrédula.
  ―Me estás diciendo, que tú, la humana pacifica esta de parte de la violencia?
  ―Se merecía eso y mucho más!―Rectifiqué furiosa.―No sé por que justamente en ese momento pensaste en dejarlo correr, en mi opinión creo que debiste torturarlo de por vida.
  ―Ja! Quien te entiende. Hace unas horas no quisiste que me cargara a esos gilipollas en el callejón, y ahora quieres que torture de por vida a alguien a quién ni siquiera has llegado a conocer?
  ―Aquello era diferente. Esos tipos no hicieron nada... Además, ahora es muy distinto, es injusto porque ellos son unos débiles humanos y tu un...
  ―Monstruo?
  ―No!―Chillé de inmediato―Un vampiro.―Concluí
  ―Ya, cómo no.
  ―Por cierto... Si tu y Ryan se dividieron a partir de entonces, cómo fue que se reunieron?―Pregunté con normalidad. Cada vez me resultaba más fácil soltar las preguntas que se iban formulando dentro de mi cabeza, y a Ivan eso no parecía molestar por el momento.
  ―Dylan Hogan―Explicó brevemente con un tono de voz y una mueca que hacía relucir su desprecio hacía mi amigo.
  ―Fue él quién te encontró?―Aventuré.
  ―Con lo que me contaron, Ryan conoció a ese memo antes de venir en mi busca. Cuando me encontraron, aseguraron que solo era por petición de Devonn: Ese tio está obsesionado con eso de las familias... Según él, si el recluta tiene familia que le queda, esta en la obligación de traérselos consigo a menos que este completamente solo.―Se encogió de hombros―Bah! Para mí fue cómo un bombazo muy grato para ser cierto: Velocidad y fuerza sobre humana, vivir para siempre y aplastar cráneos de vez en cuando. A quién no le gustaría tener todo ello?
  No contesté, por supuesto, yo también había creído antes, en que los motivos de Ryan eran aquellos, y cómo era obvia la diferencia entre ellos, ya me había hecho la idea de que esas serian las razones de Ivan.
  Platicar con Ivan había sido algo imposible durante los últimos días, no podía creer―Aunque estuviera pasando ahora mismo―que esta idea se había hecho más fácil y llevadera. Como era posible que alguien tan inmaduro y desagradable cómo Ivan pudiera ser incluso más difícil de entrar en una discusión que cuando estaba junto a Ryan?! Y eso solo me hacía pensar en lo inmadura que significaba ser yo. Quizá esa era la razon. Ivan parecía ser más un joven de la edad que aparentaba ser: diecinueve años con deseos y ambiciones por disfrutar y divertirse de todo lo que la vida le podría brindar. Era cierto de que llegados a este punto, hasta su punto de vista podía hacerme sentir más cómoda incluso; Junto a él, no tenia miedo de hacer cualquier estupidez cómo siempre me lo recordaba Ryan, pues no podía ser más inmadura que Ivan. De hecho, no creía que existiera una persona más inmadura que Ivan...
  ―Siempre existe la posibilidad de matarla y enterrarla en el jardín de tu casa―Propuso Ivan al sacar el tema de mi tía Lianne, quién en estos momentos estaría hecha una fiera esperando a que suplicara para que me dejara vivir bajo su techo una vez más. Le había reprochado a Ivan, que por su culpa había quedado en este problema con ella; Ya era insoportable vivir con ella y él había metido más leña al fuego justo cuando pensaba que no podría ser peor―Seria tu liberación: Asi te quedarías con la casa para ti sola. Una opción practica y fácil de hacer
  ―No te beberás a mi única tía―Espeté entrecerrando los ojos.
  Ivan se encogió de hombros.
  ―Tenia que intentarlo.―Confesó con indiferentemente.

...

  Estaban cerca. Ryan podía asegurar esto y estaba seguro de que esta vez era el verdadero rastro y no una de las numerosas trampas que le había tendido Ivan.
  Después de que Ryan hubiera recorrido cerca de lo que parecía ser un hospital, supo que ya no se encontraban dentro, por lo que continuó sin detenerse. Unos kilómetros más adelante, cuando fue obligado a reducir su velocidad a la que corría, ya que por momentos la multitud de gente se hacía constante, Ryan sintió vibrar su teléfono móvil. Lo cogió incluso antes de que finalizara el primer timbrado, esta vez aguardó a oír la voz del otro lado.
  ―Ryan?―Era Haley, e inmediatamente una serie de inquietudes se alborotaron dentro. El mal humor se dispersó y la angustia le hizo detener su avance.
  ―Que ocurre?―Se apresuró a preguntar.
  ―Nada que no sea de otro mundo―Respondió ella soltando una gran exhalación.―Como vas con el rastreo?
  A Ryan se le ocurrió no mencionar su paradero real, temeroso de que a Ivan se le llenara la cabeza de ideas para despistarlo.
  ―Hago lo que puedo.―Respondió casi de inmediato y reanudó su recorrido.―Como estas?
  Ryan notó que Haley vaciló un poco antes de contestar con un tono sospechoso de indiferencia.
  ―Bien. Sabes? Creo que cuando me encuentres no necesitaré volver a casa de Lianne.
  ―Que dices?
  ―Sí. Con todo esto, y con ayuda de tu querido hermano, Lianne cree que en estos momentos estoy de juerga con un chico. Y lo que es peor, Ivan le dijo que nos encontrábamos en un hotel...
  Ryan se detuvo súbitamente tratando de asimilar lo ultimo.
  Haley había llamado a Ivan por su nombre de pila... Ryan no pudo evitar fijarse en ese detalle, extrañado y verdaderamente desconcertado. Decidió no darle importancia tras sacudir su cabeza un par de veces y retomando la voz. No le resultó demasiado fácil cómo había pensado que seria tomarse aquel comentario cómo cual quier otro. el hecho de que su tía Lianne pensara de que Haley se encontraba con otro en un hotel o el hecho de que eso fuera cierto en distinta situación a lo que Lianne se imaginaba, y no importaba en que situación, a Ryan no le causaba ni la más mínima gracia. Se contuvo un poco antes de volver a hablar.
  ―De eso me encargaré yo cuando te lleve de regreso a Forks.―Aseguró, y aunque no se diera cuenta, lo dijo más para sí mismo.
  ―Oh! No! No, por favor!―Balbuceó Haley al otro lado del teléfono.―Te imaginas lo que pensará en cuanto me vea contigo llegando a casa?! Creerá que eras tú!
  ―Eso importa?―Inquirió Ryan más serio de lo habitual. La verdad era que a él le importaba mucho más que a la propia Haley... O quién sabe? Quizá a Haley le importaba mucho más DEMASIADO, pues en ese mismo momento su cara estaba tan roja cómo un tomate.
  Ryan oyó la risa anticipatoria de Ivan al lado de ella.
De que rayos me he perdido?!―Refunfuñó Ryan impotente de no estar allí para descubrirlo por sí mismo.
  ―B-bueno, la verdad es que no mucho, pero... prefiero enfrentarme a eso yo sola.―Contestó Haley.
  La risa de Ivan se oyó más sonora en respuesta.
  ―Quieres callarte?!―Gruñó ella, esta vez su voz sonó amortiguada, por lo que Ryan supo que ella estaba dirigiéndose a Ivan.―Oh! Lo siento, caperucita ROJA―más risas.―Ah! y por cierto hermanito―Habloo la inconfundible voz de Ivan―No te preocupes por eso, si quieres yo puedo explicar eso a su tia; después de todo, fui yo quién estuvo con ella en el hotel―Y estalloo de nuevo en risotadas.
  Se trataba de una pesima broma, solo era eso... Una de las irritables acostumbradas bromas de su ya conocido hermano odioso. Aun así, Ryan podía sentir que su paciencia estaba llegando al limite. Estaba FURIOSO, y fue entonces cuando el chasquido del "Crack", lo hizo volver a calmarse. Habia presionado tanto el móvil entre su mano, que se había resquebrajado levemente.
  ―Ryan? Que ha sido eso?―Preguntoo Haley alarmada.―Si, que ha sido eso, hermanito?―Ivan parecía estar disfrutando demasiado con todo ello.
  ―No quedaras ileso cuando te encuentre, Ivan―Advirtioo Ryan con voz tranquila pero sombria.
  Después de soportar unas cuantas bromas privadas de su irritable hermano, y tras intercambiar breves palabras con Haley―Las que le deban una nueva idea de bromear a Ivan―, Ryan continuó con su rastreo, esta vez más rapido e impaciente que antes.


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Hola!!!!!!!!!!! despues de tanto timpo y pidiendo disculpas por la demora, aqui les traje el cuarto capi :)
No saben la grata sorpresa que me dio encontrarme con tantos comentarios en estos ultimos dias :')
Liza, Yous, Luisa, Ale, Dani, Estefania y todas las chicas que me han tenido paciencia, incluyendo a las Anonimas, muchisimas gracias por vuestros comentarios y el apoyo!! :D
Bueno, creo que ya va siendo hora de que Ryan encuentre por fin a Haley y a Ivan... jaja una reunios familiar y un desenlace de sentimientos... Y hasta ahi lo dejo por que no quiero contarles lo que pasara xD!
Chaito!!!! Las quiero mucho!!! Y nuevamente gracias a todas. Dejadme vuestros comentarios si os gusto el capi. Bye!!!!!!!!!

7 comentarios:

  1. yuri me parecio genial
    sigue asi

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  2. Este cap me conmovió mucho casi lloro jaja pero estuvo excelente cada vez escribes mejor.
    Sigue así
    con cariño. Luisa!

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  3. uiiii esto esta mega buenisimo hermanita y ps no importa ya te dije yo esperaria todo un año por leer uno de tus cap. enserio eres una gran escritora sigue asi eres super besos TQM cuidate o y te digo q todo en mi vida va bien uno q otro obstáculo pero ya sabes siempre lo supero.
    ay ivan es un maldito aunque creo que me agrada se ve que si lo tratas mas sera un buen tipo pero la verdad me quedaria con ryan

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  4. Y este es el ultimo!!!!!!!!!!! siguela pronto que estoy mas que impasiente por saber que pasa!!!!!!!!y ya me voy porque son las 2:00 am y no quiero que me descubran...

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  5. Xfa sigue la historia
    Te quedan increíbles los capítulos
    Me moriría si dejaras de subirlos
    XD
    Ya sube el siguiente capitulo
    Ta no puedo esperar

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  6. EXCELENTE.... me he terminado de poner al dia del todo..... esta parte de la historia me encanta... ivan es un desgraciado e inmaduro, bueno eso lo pense en el principio ahora no lo entiendo me cae bein, pero no se porque quiere jugar con su hermano de esta forma... y ryan lo que tiene es CELOS, jejejejje me encanta

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  7. Mi queridísima Yuri-Lu....bueno....yo he esperado como loca tu cuarto capítulo, y tres cosas:

    Interesante por la historia tan trágica de los
    O´Farell

    Guauy por la última parte con los chistes tan de onda de mi amado Ivan (aunque prefiero a Ryan xD)

    Triste T_T por la muerte de los miembros O´Farell, la mafia es de lo peor ¬¬ pobre Declan...estoy llorando como loca estoy hecha una completa loca en llanto...creo que me emocionó el volver a ver un capítulo tan ansiado tuyo como siempre

    tu seguidora...

    Lauris

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