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domingo, 19 de junio de 2011

Cap.10 - Dylan - "Juego Limpio"


  La tensión cobró consistencia en la sala de estar de la mansión Cullen, mientras cada miembro de la familia, incluido el unico miembro presente de la manada de Jacob: Leah, permanecía tan estatua como todos nosotros, a la espera del resultado. Desde luego, todos habíamos puesto nuestras ultimas esperanzas en la pequeña Joyce, quien ahora sostenía entre sus tiernas manos el rostro de Renesmee. Tardo casi ciento setenta y seis respiraciones apaciguadas de Renesmee, para que sus pestañas se abrieran y relucieran sus dorados ojos; Ambos, llenos de pena, razón por la cual todos los expectantes exhalamos el aire contenido con resignación. Edward, quien fue el primero en enterarse del fracaso de nuestra última esperanza, arroyó entre sus brazos a su esposa con el rostro poblado de la preocupación.
  No solo él tenia esa expresión, pues todos nosotros en estos momentos nos estábamos preguntando lo mismo: "Que haríamos ahora?"
  ―Lo siento mucho... ―Murmuró Joyce.―Yo tomo aquellos recuerdos y los devuelvo a su punto original... Pero en ella, es como si nunca hubieran existido. Como si de verdad no hubiera un pasado el que reembolsar. De verdad siento no poder ser útil...
  ―No es culpa tuya.―Se apresuró en decir Rosalie.―Has hecho lo que esta en tus manos y es suficiente.
  Horas después de nuestro último intento fallido. Habíamos decidido hacer las cosas como es debido y viajar en busca de algo en que aferrarse; Lo más lógico seria volver donde empezó todo y hallar la única pista suelta que teníamos por lo tanto.
  En ese momento, me encontraba en la esquina de la casa, al lado del ventanal observando ausente las gotas de lluvia caer sobre el patio trasero de la casa. Intentaba pensar y recordar que era lo que se me estaba escapando de las manos: Quizá un asunto pendiente en Australia o alguna razón para la inexplicable curación del cuerpo de Renesmee en eso entonces. Carlisle había asegurado que la curación acelerada de Jacob no era similar a como actuaba el cuerpo de Renesmee. Ese era otro cabo suelto sin resolver y otro enigma que sin duda estaría conectado con lo que le había pasado a la memoria de Renesmee. Intenté calmarme pues de nada me servia frustrarme y obstruir la cabeza. Eso no nos ayudaría en nada.
  Cerca de donde me encontraba, al lado de las escaleras. Note la presencia de Renesmee. 
  ―Te gusta?―Intervino la voz de Edward en la habitación, obviamente dirigiéndose a su hija.―Solías tocar a mí lado cuando aun eras pequeña.―Soltó una leve sonrisa. Supe que se refería al piano que reposaba debajo de las escaleras.―Hasta que decidiste inclinarte por el violín, claro.
  ―Yo podía tocar esto?―Preguntó Renesmee un tanto maravillada. Su voz era incrédula.
  ―Yo siempre he dicho que es hereditario.―Se les unió Bella.―Menos mal que heredaste más de tu padre que de mí.―Añadió entre risas.
  ―Ven aquí. Te enseñaré una vez más.―Deicidio Edward.―Sera como recordar viejos tiempos.
  ―Eso suena como si ya fueras abuelo.―Rió Renesmee. Y todos los miembros de la familia repartidos por toda la cada se le unieron.
  Ver la dedicación y el progreso que llevaba Renemee al lado de sus padres, debería haber sido una cautivante escena, y también lo era para mí. Lo cierto es que no me sentía del todo a gusto viéndolo desde mí ángulo. La culpabilidad volvía a hervir dentro de mí, el tan solo pensar que si hubiera sabido protegerla como es debido hubiera evitado la desgracia, hacia que me sintiera un inútil. Tenia que hacer algo, no podía esperar, eso lo sabia de primera mano. Aun así, no soportaba la idea de alejarme de ella, aunque debía hacerlo muy pronto.
  Salí de la estancia alejándome de la encantadora familia tratando de recuperar a uno de sus miembros más adorados e importantes, uno al que yo no había sabido proteger del todo. Salí por la puerta trasera hacia el exterior, donde ya no quedaba rastro de lluvia y con un impulso sin esfuerzo, aterrice en la azotea de la casa. Allí, me sente esperando apartar malos pensamientos innecesarios. Deseaba huir pronto, apartarme de ella como lo había planeado. Pero debía ser sincero conmigo mismo y admitir que esto era lo máximo que podía alejarme de ella.
  Con forme las horas transcurrieron, oí cada detalle de lo que Renesmee hacia allí abajo junto a cada miembro de su familia. Oí las "serias" conversaciones que tenían Jasper y ella cuando le contaba sobre los peligros que había fuera de casa. Obviamente tratando de apartarla de cualquier pensamiento temerario, sobre protegiéndola y metiéndole ideas en la cabeza.
  ―Licántropos, Vulturis, Neófitos, e infinidades de peligros que hay fuera.―Replicaba Jasper con tono rígido.
  Oí con claridad como Alice se deslizaba por aquella habitación con sus pasos agraciados y casi bailoteando hasta donde se encontraban ellos.
  ―Deja ya de asustarla, tontorrón sobreprotector.―Le reprendió con una nota divertida en la voz.―Ven, Nessie. Ahora es mi turno.―Dijo llevándosela, Arrastrándola, fuera de aquella habitación.
  De pronto, se oyó unos pasos apresurados a gran velocidad con un leve estremecimiento del piso a cada pisotón.
  Emmett... Pensé sacudiendo la cabeza.
  ―Lo siento monstruito! Pero es mi turno.―Exclamó con euforia cargando consigo a Renesmee y huyendo de Alice refunfuñando, antes de que esta pudiera protestar.
  ―Jass! Edd! Bells! Rose!―Gritó llamándolos con urgencia.―Los espero en el centro de combate!―Anuncio divertido con una carcajada malévola.
  ―A donde vamos?!―Inquirió Renesmee. Su voz sacudida a causa del trote de su tío.
  Antes de que este respondiera a su pregunta, ya habían llegado al patio trasero al alcance de mí vista. Me asome para diferir las figuras de Edward, Bella, Rosalie y Jasper reunirse casi al mismo tiempo en el centro, alrededor de Emmett cargando sobre su hombro a Renesmee. Cuando este la bajo y ella preguntó que era lo que estaba pasando mientras observaba unas sonrisas en los rostros de sus familiares, Emmett contestó:
  ―Vamos a jugar al Futbol Americano al estilo Cullen.―Anuncio con una ancha sonrisa de oso.
  Los ojos de Renesmee se abrieron como platos al ver que Jasper saco de sus manos, un objeto redondo parecido al de una pelota, pero cuando este la dejó caer al suelo, envés de revotar, se hundió levemente en la tierra con un golpe sordo.
  ―Con eso?!―Inquirió con voz ahogada.
  ―Que? ―Se quejó Emmett.―Tu eras la que siempre se quejaba de que la pelota era demaciado liviana.
  Todos, incluido yo nos reímos de la expresión de su cara.
  ―He! Dylan! Ahí estabas.―Llamó Emmett al percatarse de mí.―Venga, unete. O me tienes miedo? Puede que me revolcaras en el ajedrez pero veras como te revuelco yo aquí en el sentido literario.
  Renesmee giró su cabeza hacia mí en cuanto Emmett pronuncio mi nombre y sonrió con una de sus adorables sonrisas.
  ―Creo que sera en otra ocasión.―Rechacé amablemente su oferta. En estos momentos prefería observar el espectáculo más que vivirlo.
  Edward notó mi intento de escabullirme y apresuró el comienzo del juego. Supuse que él, más que nadie sabia como me sentiría dentro de poco cuando haya cumplido mi cometido de alejarme de lo que se había llegado a convertir en mí eje personal. Aveces me daban ganas de preguntarle como seria lo que me esperaba tan solo para anticipar los efectos de mis actos. Cuanto dolería? Que tan persuasivos serian los deseos de regresar corriendo arrepentido junto a ella? Cuanto duraría?... Pero en realidad no me apetecía saberlo. Incluso ya podía imaginármelo. Y por supuesto que Edward habría leído mis preguntas, pero fue tan amable de no responderlas hasta que yo no las haya articulado.
  ―Vale, como quieras.
  Se dividieron en dos grupos: Emmett, Rosalie y Edward; Jasper, Bella y Renesmee. Rosalie, al igual que Jasper, plantaron sus pies preparados en ambas porterías―Dos arboles apartados a gran distancia en cada lado―, mientras los demás se prepararon frente a frente. Emmett sostenía la pelota en sus enormes manos pasandola de una a la otra.
  ―Vamos, sobrinita. Veamos de que estas hecha.―Instoo Emmett.
  ―Cuales son las reglas?―Preguntó ella aun insegura.
  ―Solo tienes que lograr meter esto―lanzó el balón a sus manos, y ella lo atrapó con manos seguras― dentro de la portería contraria.―Apuntó con su pulgar hacia sus espaldas.
  ―Es todo? No debería haber más reglas?―Inquirió enarcando una ceja.
  ―No en el estilo Cullen.―Respondió este con otra sonrisa macabra.
  ―En el estilo "Emmett", querrás decir.―Replicó Edward a su lado poniendo los ojos en blanco.
  El partido fue... abrumador, por así decirlo. La ansiedad de ver a Renesmee sosteniendo ese balón y corriendo hacia el enorme oso gigante que venia a toda carrera contra ella, casi hace que quiera apartarla del camino unas cuantas veces. Pese a esto, Renesmee parecía estar disfrutando tanto como todo ellos.
  ―Venga, Bells! Y se supone que tienes los reflejos de un vampiro?―Se burló Emmett cuando le robó el balón de sus manos. Ella puso cara de pocos amigos pero pronto la reemplazó por una cara de suficiencia cuando en menos de lo que se tarda en parpadear, lo recuperó cayendo sobre el gran lomo de este y empujándolo hacia en charco de barro a sus pies. Otro de las grandes caídas de Emmett, fue cuando una inesperada traición por parte de Edward le sorprendió cuando este le envistió justo antes de que Emmett pudiera apresar a Bella o a Renesmee. También fue divertido, ver como el enorme cuerpo de Emmett era insuficiente para frenar a la diminuta y ágil Renesmee pasando frente a sus ojos y escurriéndose de modo que él no tuviera opción de pararla.
  Al final del partido, con la victoria de parte del equipo de Renesmee y una alegre pero exhausta expresión en su rostro, decidieron dar por acabado la recreación. Cuando todos se disponían sonrientes devuelta a casa, Renesmee fue la ultima en avanzar junto a ellos, pues se detuvo observándome desde abajo. Pareció tratar de decir algo cuando quiso abrir la boca, pero la voz de pájaro de Alice la interrumpió antes de que tuviera oportunidad de escaparse.
  ―Bien! Ahora si no te me vas a escaquear, Nessie Cullen.―La tomo del brazo y la guió directo hacia la entrada de la casa.―Mírate como estas de sucia. No sabes cuánto tiempo he esperado para probarte muchos de los diseños que acabo de terminar. Te van a encantar y...
  Alice siguió parloteando mientras arrastraba a Renesmee hacia el interior y muy en el fondo agradecí aquella interrupción.
  Me arrastre de nuevo hacia atrás en busca de la tranquilidad nuevamente, observando el cielo ya oscurecido cargado de muchas estrellas. Saquee nuevamente el anillo, preguntándome hasta cuando seguiría torturándome con su presencia. Esperaba el regreso de Jacob con tanta ansia para poder devolvérselo y así acabar todo de una vez, entonces, podría marcharme.
  Solo hasta que regrese... Entonces se lo devolveré y me alejaré.
  Que otra cosa podría hacer? Claro que por supuesto que podría entregárselo a algún miembro de la familia y alejarme de esto de una vez por todas, eso seria lo lógico; Pero resulta que a la vez: Injusto. Deseaba enfrentarle cara a cara, sin huir ni vacilar. Pues de alguna u otra manera, yo veía este reto como un castigo por haber provado del fruto que solo le pertenecía a él. Además,  al igual que yo, habían optado secretamente por no revelar el compromiso, dejándolo en manos del propio Jacob. Estaba claro que no me dejarían colocar este peso sobre sus hombros, y de alguna manera lo prefería de este modo.
  Pensé en como se sentiría Jacob al llegar a casa ignorante de lo sucedido. Sin duda seria duro y yo más que nadie lo entendía. Era algo fatigoso, pues yo estaba en la misma suela de sus zapatos.
  Pese a todo, si en el último de los casos no llegáramos a solucionar este problema, aun me quedaba el consuelo de que por lo menos y lo más importante, era que Renesmee seria feliz aunque fuera privada de sus recuerdos vividos; Pues era algo natural de Jacob hacerla feliz, de eso no cabía la menor duda... También estaba su familia y todo el amor con el que contaba, así que no podía pensar en un futuro desgraciado para Renesmee. No con gente la que la rodeaba. Yo aprendería a vivir sin su presencia, cueste lo que me cueste, pues deseaba poder volver algún día a esta familia única y peculiar, no por una ambición morbosa, sino porque sin darme cuenta, uno de mis grandes deseos era poder pasar el resto de mis décadas al lado de esta única experiencia con esta familia. Seria eso ser muy ambicioso? Después de decidir abandonar mi más preciado deseo, no lo creía. Además, Renesmee contaba conmigo. Se lo prometí una vez y deseaba poder cumplir esa promesa... En nombre de sus recuerdos.
  ―Respira, Dylan. Sigue respirando como lo haz echo mucho antes de conocerla.―Me dije a mí mismo, dándome falsos ánimos.
  De pronto, desde el umbral de la mansión, oí la titilante voz de Renesmee. No habría prestado mucha atención, puesto que desde hace momentos se encontraba intercambiando palabras con las voces de sus familiares; Es solo que oír mi nombre pronunciado por sus labios y su voz, me resultaba imposible no dar un respingo y atraer automáticamente toda mi atención. Me asomé nuevamente al borde, de modo que pudiera responder a su llamado, y una sonrisa iluminó su rostro al verme. Como respuesta, yo no pude hacer nada más que observar como un idiota al ver lo que llevaba puesto.
  Alice...―Caí en la cuenta pronunciando su nombre en mi mente como si fuera una palabrota.
  Es que acaso ella trataba de molestarme con esto? O simplemente era un absurdo plan de retrasar la dolorosa perdida de su sobrina favorita al verla hacerse mayor y casarse? No recordaba haberle hecho algo como para que ella quisiera vengarse haciéndome esto...
  Gracias a Alice, Renesmee llevaba una desplegable falda larga a vuelo libre y una blusa cuyos colores resaltaban con el contraste de su hermosa y platina piel. La combinación le hacia tan grácil o incluso más de lo que ya era en su normalidad... Pero esto, esto era pasarse de la raya.
  Como iba a competir yo con algo así?! Es que acaso Alice esperaba que mi fuerza de voluntad fuera tan fuerte como para evitar otro impulso de mis sentimientos?
  Mientras yo debatía en mi fuero interno si escapar ahora mismo o actuar prudentemente y forzar mi suerte al permanecer a su lado sintiéndome como estaba en esos momentos, Renesmee se las había apañado para llegar a donde me encontraba con ligeros saltos impulsándose en de vez en cuando en pequeños saltos sobre cualquier cosa que la acercara a la cima de la casa.
  ―Bien!―Exhaló con la misma sonrisa, pero con expresión triunfante.―De quien nos estamos escondiendo?
  Me limité a devolverle la sonrisa y me mantuve a una distancia moderada. Por si acaso...
  Su aroma, trajo consigo recuerdos de nuestro viaje, momentos en los que estuvo lo suficientemente cerca como para que su fragancia inundara cada rincón de mi ser. Inconscientemente, mis ojos se habían posado sobre sus labios y mi mente comenzaba a revivir la sensación que se siente al probarlos: Esos escasos milímetros justo antes del primer contacto, esa suavidad, la calidez y la cercanía, la blanda consistencia de ellos contra el pétreo de los míos haciendo que se sintieran tan dúctiles como los de ella, adaptándose a cada movimiento y su aliento embriagador...
  Aparté bruscamente la mirada y la posee en el oscuro cielo estrellado de diminutas lucesitas después de apretarme las manos a mis espaldas reprimiendo el deseo de tomar su rostro y volver a  sentir lo que realmente se estaba convirtiendo en mi adicción.
  Peligroso... ―Me dictó una voz dentro de mí. Yo coincidí.
  ―Creo que es demaciado aburrido para ti permanecer aquí viendo las aburridas estrellas.―Convine con la esperanza de que ella decidiera irse de aquí.
  Cuanto tiempo más duraría mi fuerza de voluntad? Porque sinceramente yo ya empezaba a sentirla tan elásticamente estirada que en cualquier momento parecía romperse.
  ―Sip, creo que tienes razón.―Coincidió conmigo y por un momento creí poderme salvar.
  ―Desde luego.―Añadí.―Eso déjalo para los estirados. Como yo, por ejemplo.―Rogué porque siguiera mi consejo.
  Ella no dijo nada y se acomodó a mi lado recostándose contra su respaldar y permaneciendo tumbada mirando las mencionadas estrellas atentamente. Suspiré resignado al ver que mis intentos eran tan estúpidos y fallidos, que decidí no intentarlo más. Así que con una nota de lastima por mí mismo, pero alegre inevitablemente al fin y al cabo, me recostee de igual manera disfrutando profundamente de su compañía y echando por la borda mis miedos.
  Cuando menos me lo esperé, sentí su cálida mano sobre la mía, haciendo que sobresaltara mentalmente aturdido.
  Vale... Probar suerte y forzarla hasta el limite esta bien. Pero instar y escupirle a la cara al peligro... Eso si esta mal! Demonios!
  ―Mi... mamá, dijo que a lo mejor, si continuabas ayudándome, lograba recuperar algo.―Declaró ella indiferente, encongiendoce de hombros y dedicándome otra de sus sonrisas adorables e inocentes.
  Sentir aquella mano, tan familiarizada después de permanecer tanto tiempo entrelazada a la mía, me hizo darme cuenta de cuan vacía la había sentido sin ese tacto cálido y suave. Como una extraña sensación de tener un vacío del que no me había percatado, hasta llenarlo nuevamente y sentir una extraña y fuerte satisfacción al encontrarla una vez más.
  Sin resistirme―Pues no había tal fuerza que pudiera vencer―, instintivamente tome su mano sin más, recordando como de fácil era dejarse llevar por mis emociones...
  Dejarse llevar por las tentaciones.―Tuve que corregirme.
  Al cabo de una larga inspiración y exhalación, practiqué el mismo procedimiento que el de antes: Calqué su practico don, para después concentrarme en otros recuerdos antiguos. Decidí ir por orden y mostrarle la escena de cuando Quinn, Eliott y yo, la vimos por primera vez en aquel aparcado de coches en el instituto.
  Al mismo tiempo, sin que me lo esperara, la misma imagen―Una copia exacta de lo que le enviaba―se presentó en mi cabeza y supe con claridad, de que esto era obra de Renesmee. Ella me transmitió lo que veía y sentía a través de su don. La conexión fue confusa e intensa a la vez. En su mente, ella detuvo la imagen de sí misma al lado de Jacob tomados de la mano y como este interponía su cuerpo entre ella y nosotros ocultándola a sus espaldas. Sentí el extraño sentimiento que Renesmee sintió al ver esa imagen: Jacob... Un conocido pero a su misma vez un completo desconocido en su mente sin recuerdos. Se vio a sí misma estar tan a gusto y protegida a su lado y comparó esa sensación con la sensación que tuvo junto a mí en el aeropuerto de Seattle cuando sus padres vinieron a recibirla.
  La sorpresa me llenó cuando noté en sus pensamientos la cierta curiosidad que tenia ella de saber si alguna vez nosotros habíamos tenido una imagen más parecida a una pereja que a lo que yo afirmaba ser. Tuve que exprimir toda mi fuerza para no recordar lo que ocurrió durante nuestro viaje.
  "...Somos amigos"
  Oí mi voz en su cabeza cuando recordó lo que le dije en el avión de regreso.
  "Amigos..."  Volví a oír esa palabra haciendo eco en su mente, preguntándose cual era la diferencia que marcaba aquel afectuoso apretón de manos que Jacob le daba y los miles de apretones de manos que yo le había dado desde que tenia memoria. Sentí el punto de exigencia de su pregunta presionando contra la barrera que había creado yo en mi cabeza ocultando la respuesta que sabia de antemano, pues no era conveniente que ella lo supiera: No había diferencia que marcara. Yo la amaba tanto como Jacob la amaba.
  Pero la conexión sin necesidad de palabras era tan intensa y fuerte... Sentía su mente como si fuera la mía, sentía todo lo que ella sentía... Y ella sentiría la mía de igual manera, por lo que se dio cuenta del gran muro que alcé eludiendo su pregunta y ocultándole la respuesta. Ella trato de rodearlo mientras yo intente mantenerlo alzado tanto como podía, hasta que me vi obligado a cortar aquella conexión apartando mi mano bruscamente de la de ella.
  Estuvo peligrosamente cerca, pues de la manera en que nuestras mentes estaban fundidas, cada palabra, sentimiento, pensamiento o sensación que habitara mi mente, era cuestión de tiempo de que fuera transmitida con facilidad hacia ella.
  Sorprendida por mi reacción, Renesmee me observó con la confusión escrita en su rostro.
  ―Que...?
  ―Acabo de recordar algo... sumamente personal.―Me excusé aun jadeante, pues había mantenido a raya mis impulsos hasta el propio limite. De cierta manera, no le estaba mintiendo. Mis sentimientos hacia ella eran algo personal.
  ―...Vale―Asintió con voz débil.
  Apartando y asegurándome de que mis secretos estuvieran a salvo una vez más, cogí su mano y proseguí con el intento de recuperar su memoria.
  ―Nada de indagar?―Propuso Renesmee.
  ―Nada de indagar.―Aprobé relajándome.
  A pesar de sus deseos de pasar por alto lo ocurrido, en su mente aun podía ver el resentimiento que había ocasionado mi reacción. Esto me hizo sentir tan capullo... Que decidí tomar nuevamente su pregunta y responderle con intenciones de consolarla; Claro, decidí responder a su pregunta, pero con otra manera de explicárselo. Una manera de la cual, ella quedaría tan atenta a lo que vería, que ni siquiera uniría los cabos sueltos. Para eso, primero que nada tuve que concentrarme en hurgar profundamente mis recuerdos hasta hallarlo. Cuando por fin di con él, conteniendo mi dolor de manera que ella no lo notara, se lo mostré...
  La imagen de Jacob besando a Renesmee―quien se notaba tan plena de dicha―, la única imagen que tenia de esas y que había logrado despojar de mi mente hacia ya mucho tiempo cuando descubrí cuanto dolía tener un trozo de eso dentro de mí. Ahora había forjado retorciéndome mentalmente para volver a sacarla a flote y poder mostrársela a Renesmee, respondiendo aquella diferencia que ella tanto quería saber.
  Esa es la diferencia― Murmuré respondiéndole.
  Mi arma secreta que había expuesto, resulto ser tan eficiente como también autodestructora, ahora que Renesmee se encontraba contemplando con ojos cautivados esa imagen, secretamente y muy dominado en lo más hondo de mi cabeza, me encontraba desgarrándome de dolor ante la misma imagen. Pues una cosa era saberlo, otra era verlo con mis propios ojos y revivirlo.
  Donde esta él?―La pregunta se formó dentro de ella y yo pude oírla casi como si me lo hubiera preguntado directamente. En su interior, pude sentir una pequeña punzada de dolor, y supe el porqué.
  Solté su mano cuidadosamente y le respondí:
  ―No es que no le importes. Es solo que el no lo sabe... Estoy seguro de que se alterara mucho cuando se entere. Para él eres más que su propia vida.
  Por supuesto que yo lo sabia. Y no me había dado cuenta hasta que terminé de hablar, que inconscientemente había hablado de mis sentimientos y no de los de Jacob. Pero a fin de cuentas... Ese no era el caso que se daba en el y en mí por igual? No Sabría decir si en el caso de Jacob seria mucho más intenso. Pero dudaba de que yo pudiera amarla más de lo que ya lo hacia. Más que a mi propia vida, más que a mi mundo, más que mi alma, más que a nada, más de lo que yo pudiera llegar a tener. Se lo había dado todo por amarla, Que más podía dar de mí? Y lo peor es que el deseo de dar más, seguía pendiente aunque ya no me quedara nada más. Con absolutamente todo mi ser y más...

  Esa misma noche, cuando me reuní con Edward, Bella y Carlisle en su oficina, intentamos ver cada detalle, absolutamente todo lo que se nos podría estar pasando, pues no nos daríamos por vencido aun. No hasta probar todo cuanto estuviera en nuestras manos.
  ―Creo que esta más que decidido―Dijo Carlisle tras escuchar nuestras opciones―. Un viaje de vuelta a Australia es nuestra única opción que tenemos por lo tanto.
  ―No será necesario que vayamos muchos. Iré yo solo y trataré de averiguar lo que pueda.―Propuso Edward.
  ―Si vas tú, yo también voy.―Decidió Bella firmemente.
  ―Renesmee los necesita más que a nadie.―Les recordó Carlisle.―No querrán llevársela con ustedes a un viaje que ni siquiera saben con que se van a topar.
  ―No, claro que no.―Coincidí.―No hay mucho que discutir si lo ponen de ese modo.―Yo ya había planeado hacer esto de todos modos, y lo veía como una oportunidad para lo que me había propuesto.―Iré yo.
  ―Pero Edward podría ser de mucha utilidad si contamos con oír cualquier información, aun si nos la niegan.―Observó Carlisle. Obviamente previniendo lo que Bella diría, ya que su frente se pobló de arrugas tratando de buscar alguna otra solución.
  ―No solo Edward podría conseguir esa clase de beneficios.―Les recordé.
  ―Esa es una buena idea.―Convino Edward al oír mi plan cuando lo tuve elaborado.―Por cuanto tiempo gozarías de mi don?
  ―Lo máximo que he llegado es a cinco dias si no intento deshacerme de él antes del tiempo limite. Pero eso fue hace ya más de veinte años. Creo que con toda la practica y con el tiempo, ahora puedo retenerlo a más de una semana, más no indefinidamente.
  ―Una semana...―Pensó detenidamente el doctor.
  ―Será suficiente―Declaré.―Opino que la clave de todo esto esta en aquella mujer que vi por ultima vez en aquel parque. La buscaré e intentaré obtener algo.
   En ese instante, todos nos percatamos de tener una nueva compañía detrás de nosotros.
  ―Nessie, cariño. Que ocurre?―Preguntó su madre.
  ―Quería saber si... Bueno, Pensé que podría salir un momento y... ahm...
  Esperamos a que continuara, pero ella se limitó a mirar a su padre, sabedora de que la oiría mejor.
  ―Por supuesto que puedes salir, Nessie.―Le dijo Edward.―Eres libre de hacer lo que quieras. Esta es tú casa, mi vida.
  Renesmee le dedicó una leve sonrisa a su padre, pero permaneció de pie, insegura de pronunciar las siguientes palabras. Me pareció ver como si se mordiera la lengua indecisa de hablar.
  ―Oh! claro, Dylan.―Me habló Edward, el cual le mire confundido. Que yo recordara, no había dicho nada ni dentro ni fuera.―Ten, disculpa la tardanza.―Extendió su brazo y en su mano me mostró un bolígrafo al que yo no había pedido. Observé su expresión y comprendí inmediatamente el doble sentido de su mirada.
  ―Gracias.―Cogí el objeto, rozando su mano y calcando su don, tal y como el lo había pedido en secreto.
  Que ocurre?―Pensé.
  Al mismo tiempo, al otro lado de la habitación, percibió los pensamientos de Renesmee y comprendí lo que ella quería y dudaba si era conveniente pedir. Deseaba salir de casa por unos momentos, pero no deseaba hacerlo sola pues se sentía insegura. Me concentré en Edward para averiguar lo que había querido que escuche de él y, al comprender, me quede mirándole estupefacto.
  Podria ir Bella. Es su madre no?―Repliqué ante su petición.
  Eres con quien más tiene confianza ahora―Afirmo este.―Por favor, sé que es difícil para ti...
  No, no lo sabes
―Le contradije.
  Sé que es egoísta por nuestra parte, pero...
  Mientras Edward continuaba persuadiéndome, yo deje de prestarle atención y miré a Renesmee quien aun se encontraba de pie en el umbral. Entonces Edward aprovechó:
  Sé que en el fondo no puedes negarte―Incó.
  Ya. Ese es el problema, Edward.
  Huiras de aquí en cuánto tengamos todo listo para partir a Australia nuevamente―Me recordó.
  Y con eso le bastó. No solo me había recordado con palabras lo que significaba eso, sino que también me había mostrado lo penoso que me vería lejos de ella en cuánto se hagan las cosas. Así que aprovechando el momento, como me había dicho, acepté con más ganas.
  ―Te acompaño.―Dije a Renesmee después de hablar durante una indiferente fracción de segundos.
  En sus ojos vi el alivio que le causó tener compañía y una nota de alegría de que haya sido yo el que la acompañase.
  Espero que esto no sea un plan personal para retrasar el matrimonio de tu hija―Mascullé sin ninguna nota de amargura en realidad, saliendo de la estancia junto a Renesmee.
  Oímos la cínica risita de su padre, pero yo pude oír algo más:
  No había pensado en eso, pero gracias por la idea―Repuso mentalmente con una nota divertida.
  Caminamos de camino a la salida en silencio, pues no había nada por decir. No percibimos a los demás en la sala de estar cuando la cruzamos y el silencio de la noche podía oírse por completo. Cuando cruzamos el umbral, a unos cuantos pasos de la casa, detuve mi avance de golpe y conmigo a Renesmee, puesto que nuestras manos se encontraban unidas. No sabría decir desde cuando, pues ya se había vuelto una costumbre.
  ―Que pasa?―Preguntó inquieta Renesmee.
  Yo no respondí ya que me encontraba sumiso escuchando lo que venia desde el fondo tras la cortina de arboles.
  ―Jake! Espera...―La voz de Leah se alzó en cuánto cambio de fase.
  Que espere?! Por dios! Se trata de Nessie, como rayos espera que me calme?! O mejor aun, por qué demonios no me informaron de inmediato?! Que coño estuvo haciendo Seth?! Se supone que iría con la condición de cuidar de ella!―Los pensamientos de Jacob gritaban en su cabeza con una furia descontrolada. Podía oírle incluso con más claridad que la propia voz de Leah.
  Pronto, no tardo en aparecer frente a nosotros a grandes zancadas. Sentí como Renesmee se apegaba más a mi y retrocedía instintivamente hasta quedar oculta detrás de mí. No la culpo, pues la primera expresión que vio de él, fue una expresión endemoniada. El idiota de Jacob había logrado asustarla. Cuando su mirada se topó con nosotros, frente a él, se quedó plantado allí mismo y su rostro se volvió inexpresivo. Yo sabia lo que el veía, yo sabia lo que el sentía al ver a Renesmee huyendo de él. Esa sensación de tener un gran nudo en la garganta y de sentir como se retuerce el estómago a cada desgarre del corazón, lo había vivido ya cuando la primera reacción de Renesmee fue huir de mí. La única diferencia que marcó en este momento, es que Jacob si estaba en todo su derecho de hacer lo que hizo: Caminó a grandes pasos sin importar como ella le mirase e indiferente de que yo estuviese presente, la tomó entre sus brazos y la estrecho fuertemente demostrándole toda la angustia y frustración que sentía por dentro; El gran alivio que sintió al verla sana y a salvo, y la habilidad de soltar lagrimas desahogadoras sosteniendo a su pedazo de tesoro entre sus brazos.
  ―No sabes cuánto me alegra que estés bien.―Soltó Jacob con voz ahogada.
  Yo no pude hacer nada más que soltar la mano que no me pertenecía en ningún sentido de palabras y apretar mis manos en puños al igual que la mandíbula. Sin saber como ni de donde, mi cuerpo sacó fuerzas para apartarme de allí caminando inconscientemente hacia el interior de la casa encontrándome de camino a Edward, quien se había precipitado en salir.
  Ya tuve suficiente. Partiré esta misma noche―Anuncie dejando la escena a mis espaldas.
  Entonces esto es? De esta manera te preparas para superar algo?―Preguntoo Edward.― La experiencia me dice que no se puede afrontar algo si se comienza con aturdimientos.
  La experiencia me dice a mi, que el dolor es la mejor vacuna para lo peor.―Le contradije, sin frenarme a encararle.
  No le di la oportunidad de responder, pues le silencie despojandome de su propio don. No deseaba oir mas, no mientras contara con esta furia que me ayudaria a dar el gran paso esta noche. Debia aprovechar esta oportunidad y es que me sentia con el suficiente valor de enfrentarme a la soledad tanto como durara este fuerte arranque de sentimientos, cegado y adormecido tanto por fuera, como por dentro, sin detenerme a pensar en alguna otra escusa para poder quedarme junto a ella.
  Avancé sin voltearme ya que ni siquiera me atrevía a mirar detrás de mí. Cuantas veces había visto el semblante iluminado de Renesmee al observar a Jacob? Yo no me creía capas de soportar verlo una vez más, no después de haber descubierto durante nuestro viaje de que ella también me había visto del mismo modo. Y si viera esa expresión de su rostro dedicado a otra persona que no fuera yo mismo, debía admitir que me ponía furioso e insoportablemente irritado. Debía admitir que estaba celoso.
  Y de cuando acá yo tenia el derecho de sentir celos por ella? Una incógnita más, puesto que no sabia desde cuando me había sentido tan parte de ella.
  Llegué a mi habitación, la cual no pensaba ocupar hasta dentro de mucho tiempo. Cogí una mochila y comencé a empacar rápidamente. Escuché un sonoro corazón acercarse, supe quien era, pero no le preste atención. Jacob toco la puerta de la habitación que permanecía completamente abierta.
  ―Que quieres?―Mascullé sin detenerme.
  ―Solo quería agradecerte por haber cuidado de ella cuando yo no estuve.
  Me detuve en seco, pensando en lo injusto que sonaba eso. Recordé cada detalle de lo que ocurrió entre Renesmee y yo en aquel viaje donde supuestamente él creía que yo había cuidado de ella. Sentí mucho amar a la misma persona y no poder llevarme de maravillas con el tipo que estaba detrás de mí: Un completo capullo al que admiraba, sin duda. De verdad sentía no poder crear esos lasos de amistad de los que se gozan en una vida común y corriente... Pero tenia que ser realista, así que en estos momentos debía de hacer lo que tenia que hacer...
  Resoplé con un falso tono de suficiencia altanera y le fulminé con la mirada.
  ―No hay nada de lo que tengas que agradecerme... Sabes lo que se cuece aquí. Así que ahórratelo.―Le espeté
  ―Ya. Pero de todos modos me siento obligado a...
  De verdad sentía mucho no poder establecer una camaradería, pero...
  Esbocé una sonrisa lánguida y fingí un odio que jamas sentía.
  ―Tranquilo. Ya te he dicho que no necesitas agradecérmelo.―Volví a repetir.
  Y entonces, por fin, Jacob captó el doble sentido de mis palabras.
  ―Que quieres decir?
  ―En serio crees que tengo mucha fuerza de voluntad?―Le inquirí con la sonrisa más falsa de todas. Descubrí que se me daba bien mentir cuando Jacob se lo tragó.
  Su rostro adoptó una expresión dolida y a la vez inquieta... Temerosa.
  ―Que...?
  ―Dime que en ningún momento pensaste que podría pasar algo en aquel viaje.―Dije con voz inexpresiva, mostrándole su anillo en mis manos, jugueteando con el entre mis dedos y frente a sus dilatados ojos.―Cuando te digo que no necesitas sentir que me debes nada, es porque yo digo que no hay motivo por el que no debas cabrearte conmigo.
  Le aventé el anillo y el lo cogió.
  ―Que a ocurrido?―Interpeló sorprendentemente sin enfado alguno. Es que el muy capullo se lo había estado esperando?
   ―Ocurre, que tenias razón todo este tiempo―Respondí con voz fría.
  Cuando al fin, comprendió el significado de mis palabras, después de mucho tiempo, apareció la rivalidad en su expresión.
  Mucho mejor.
  Le mire fijamente sin mostrale arrepentimiento, puesto que no lo sentia de tal manera... Odiaba haberle afectado de una manera indirecta, pero no sentia arrepentimiento por haberme enamorada de Renesmee, y si el merecia saberlo, queria ser yo el que se lo dijera. Despues de todo, el estaba de lo mas enterado desde un principio, incluso antes de que yo mismo lo descubriera por mi propia cuenta. Lo unico que sentia de verdad, era no poder apreciar a Jacob sin algun resentimiento o celo...
  Que haría ahora? Lo unico que le quedaba era aferrarse más a Renesmee, no? El lo haría por mí, la amaría tanto que no permitiría que nada le pasara a la persona quien amábamos mientras yo intentaría volver cuando todo haya pasado. Cuando fuera capas de observar lo feliz que es Renesmee sin que yo estuviese destrozándome por dentro. Sin duda seria un momento digno de saborear. Cuanto tiempo tardaría para que la situación volviese a ser estable como para volver? rogaba porque fueran años, décadas o milenios, lo que sea con tal de que no fuera permanente. Deseaba poder volver cuánto antes...
  Todo marchaba sobre ruedas... Hasta que:
  ―Supongo que lo que haya pasado entre ustedes no es de mi incumbencia...―Murmuró tranquilamente.―Pero lo que si me importa, es lo que va a pasar de ahora en adelante.
  ―Que-demonios-tratas-de-decir?―Masculle cada palabra tratando de contenerme. Intentando convencerme de que Jacob no seria tan estúpido como para decir estupideces como...
  ―Yo también iré.
  Si lo era.
  ―De ninguna manera.―Me negué.
  Se lo estaba dando en bandeja y el lo estaba tirando por la borda! Por qué no se conformaba con quedarse al lado de Renesmee?! Yo daría lo que fuera por tener una oportunidad igual... Es que acaso no le bastaba con que ella ya le perteneciera? Es que se estaba ofreciendo de voluntario para hacérmelo recordar a cada segundo mientras yo trataba de huir?
  ―Es que acaso no ves lo que quiere decir esto?―Inquirí con incredulidad.―Si ella logra recordar lo que descubrió en aquel viaje, podrían cambiar mucho las cosas. Aun así quieres seguir adelante?
  ―Digas lo que digas iré.―Insistió.
  ―Y también yo.―La voz de Renesmee interrumpió nuestra conversación. Puede que haya notado su presencia mucho antes de que la anunciara ella misma, pero en esos momentos me encontraba tan absorto por la decisión de Jacob, que no divisé la realidad de lo irreal. No sabia desde que punto y hasta que punto había oído nuestra conversación, pero algo me decía que había oído lo suficiente para que despertara en ella una llama viva en sus ojos que ahora se posaban en mí con una expresión seria.―Creo que después de todo, quiero saber que ocurrió durante ese viaje.
  Me giré hacia Jacob y enarqué una ceja.
  ―Estas seguro?―Pregunté por ultima vez.
  Ver a la razón de mis causas frente a mis ojos me hacia querer aferrarme más a ella y no dejarla soltar jamas. Verla frente a mí, me daba el valor y la desesperada esperanza de seguir con mi calvario.
  ―Quiero jugar limpiamente antes de hacer las cosas como es debido.―Respondió sin vacilaciones, tomando la mano de Renesmee frente a mis ojos.
  Era algo que habia acostumbrado ver... Y no entiendo como es que me afectoo tanto esta vez. Esa delicada mano, a la que yo habia estrechado y protegido durante tan corto periodo, ahora no necesitaba ninguna clase de apoyo por parte mia. Eso solo me dificultaba pensar con claridad.
  Hasta este punto habian cambiado las cosas? Hasta el punto de no soportar ver ninguna clase roce entre ella y su prometido?
  Lo peor de todo es que ni la furia pudo con el dolor crispante dentro de mi.
  Jugar limpio... Jacob quería jugar limpio. Acaso eso quería decir que estaba dispuesto a ceder si perdía? Un último juego limpio, el definitivo, una última oportunidad...
  ―Vale. Juguemos entonces.―Accedi.


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 Waaaaa!! Por favor chicas!!! Perdonadme!!! No tengo escusas, salvo que sufri un colapso mental xD!!
Espero y haya valido la espera :)
Oh!! Tambien queria decirles que uno de estos dias, comenzare a publicar del pequenio grupo que se quedo en el viaje (Quinn, Eliott, Ryan, Seth y Haley), por supuesto que ellos no deben quedar al marjen de la historia, pero estaran absortos a lo de Renesmee y viviran su propia aventura por ahi xD!!

Bueno, de veras siento la demora... :(
Espero que no deseen matarme xD
Besos!!!! <3


9 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. WOOOO HERMANITA DE PLANO ASO WOOOOO ME CAE QUE ME MEGA EN CANTO ES IMPRESIONANTE ENSERIO VALE LA PENA ESPERAR TODO EL TIEMPO DEL MUNDO CONTAL DE VER CADA UNO DE TUS CAP. ENSERIO ME SORPRENDES ERES INCREÍBLE HERMANITA LO DIGO ENSERIO ERES UNA GRAN ESCRITORA SIGUE ASI UUIII QUE PASARA EN EL VIAJE SOLO TU LO SABES SIGUE ASI ERES SUPER TQM BESOS CUÍDATE VALE TE DESEO LO MEJOR

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  3. espectacular, muy impactante enserio
    ese encuentro me lo espere mucho y hasta se me formo un nudo en la garganta
    muy conmovedor, pero cada día muero de pena por Dylan, sufre mucho este pobre, se repite la historia, simplemente que mas trágica
    excelente

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  4. Yuri me encanto el capitulo, es muy extraño ver a renesmee huyendo de jake cuando antes de perder la memoria se lanzaba a sus brazos.Nunca me ha gustado la pareja que forman nessi y jacob por eso me gustaría que ella eligiera a dylan para permanecer a su lado por toda la eternidad. Valió la pena esperar te felicito es un gran capitulo!!
    Att: Luisa

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  5. Chicas, muchisimas gracias por vuestros comentarios T_T!!!
    Me da mucha alegria que les haya gustado y que se animenen a comentar :)

    Si pudiera, les daria un gran besote a cada una literalmente xD!!

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  6. Yuri hay un blog que esta de aniversario y organizo un concurso, si quieres participar aquí te dejo e link: http://www.afteramanecer.blogspot.com/

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  7. Oh, gracias por el aviso Luisa :)
    tratare de ponerme en contacto con la organizadora :D

    En serio, gracias por tomarte las molestias de avisar :p
    besos!!!!<33

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  8. awww jacob es tan lindo! pero el tiene que quedarse con nessie... despues de todo, no seria justo que los vampiros le quita ran 2 veces a su amda.... mas vale que jacob gane! y dylan se enamore de alguien mas... porque tampoco puede quedarse solo...

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