"Varias veces he oído a mucha gente decir:
"Oh! Dios mío! Por qué?!", "Por qué me haces esto, Dios!"
Yo digo que Dios no nos quita las esperanzas,
sino que nosotros mismos creemos ver el rayo de luz y confundirlo con esperanza divina...
La Esperanza no es algo que se da, ni que se recibe... Sino es algo que nace dentro de uno"
"Oh! Dios mío! Por qué?!", "Por qué me haces esto, Dios!"
Yo digo que Dios no nos quita las esperanzas,
sino que nosotros mismos creemos ver el rayo de luz y confundirlo con esperanza divina...
La Esperanza no es algo que se da, ni que se recibe... Sino es algo que nace dentro de uno"
No había reparado hasta ahora cómo es que una raza cómo la nuestra, dependía tanto de la tecnología humana en muchas ocasiones, pues ahora más que nunca la había necesitado y al verme privado de ella, no supe cómo informar a Quinn y a los demás del percance surgido. Por supuesto, yo no llevaba el teléfono móvil conmigo, y dudaba de que me habría servido de mucho, si tenia en cuenta con que el sitio donde ellos se encontraban no albergaba señal. Pronto me las apañaría con eso.
Aquello era secundario. Por lo tanto, me urgía centrarme en lo más importante por ahora, debía hacer una llamada a Forks, y poner al tanto de todo lo sucedido a la familia Cullen. Usando una vieja cavina telefónica, marque el número de la mansión esperando que por lo menos Alice, haya podido intuir algo de lo ocurrido. El teléfono apenas y emitió la primera timbrada, cuando la voz grave de Edward interrumpió.
No hubo necesidad de explicar mucho, ya que hablamos demasiado rápido cómo para tardar menos de cinco minutos. Edward pronunció mi nombre sabedor de quien se trataba incluso antes de que yo marcara el número, pues Alice ya había alertado a toda la familia.
―Dylan. Que ha ocurrido? Estábamos apunto de coger un vuelo hacia allá en cuanto no pudimos contactar con ustedes―Habló sin vacilaciones y directo al grano. Bien.
Le expliqué hasta donde sabia y todo lo que podía atestiguar en breves frases. Pude oír el siseo de los demás a la escucha, cuando informé del estado de Renesmee y me vi obligado a proceder sin detenerme hasta informar de que estábamos de vuelta a Forks en cuanto nos fuera posible. Edward solo asintió con voz prevista de emociones y antes de colgar, se limitó a decir:
―Gracias por cuidar de ella. Los estaremos esperando.
Por lo pronto, cogeríamos un vuelo a Seattle en cuanto nos permitieran los horarios de partida. Afortunadamente, no tuve que preocuparme por lo demás, gracias a las influencias de la familia Cullen sobre las agencias de viajes cómo era de esperarse.
Durante el vuelo de regreso, no aparté los ojos de la tranquila y agotada expresión de la durmiente Renesmee reposando sobre el asiento a mí lado. La culpabilidad de no haber podido evitar que le pasaran aquellas horribles cosas volvió en cuanto sus ojos cedieron ante el cansancio; Mientras tanto, una parte dentro de mí buscaba alguna que otra posible teoría o solución. Todos los intentos: Sin éxito. Albergaba la plena esperanza de que la pequeña Joyce - Quien gozaba de experiencia manipulando los recuerdos de la gente -, pudiera hacer algo al respecto. Estuve rogando tanto, que terminé depositando toda esperanza en aquel poderoso don del que mí padre había estado obsesionado. Pronto, supe que si aquello no lograba recuperar la memoria de Renesmee, me encontraría nuevamente desde "Cero" y sin saber que hacer.
Muchas veces me pregunté cómo de duro sería para alguien perder la memoria, no recordar nada de lo que tienes ni a las personas que tanto amas y mucho menos confiar en alguien. Sonaba un tanto irónico estar presenciándolo desde aquí y en la persona a quien más se ama en la vida. Resoplé irritado, pues hubiera preferido ser yo quien hubiera acabado así. Si por lo menos yo perdiera la memoria y olvidara este sentimiento en vano, hubiera resultado beneficioso, fácil y sencillo para todos.
Renesmee se revolvió inquieta entre sueños cambiando de posición y su cabeza quedo apoyada en mí hombro izquierdo. La tranquilidad con la que dormía, no parecía ser la suficiente cómo para dejarla descansar a pesar de lo agotada que estaba. Con mucho cuidado de no perturbarla, cogí y aparté suavemente un mechón de cabello que colgaba rebelde en su rostro, cruzando desde sus ojos hasta posarse en sus labios. Ni siquiera me atreví a mirar por más de una milésima de segundo y mucho menos tocar su rostro. Ya había sido lo suficientemente tentador antes y no cabía en mí el deseo tan fuerte cómo lo había sentido antes. La desesperación y la inquietud que tenia antes, habían desaparecido por completo, más no este sentimiento; No quería forzar mi suerte provocando nuevas inquietudes. No era justo.
Así que metí las manos bien sujetas en los bolsillos y posee mi vista hacia la ventana de al lado derecho, observando vagamente las nubes. Mi mano se topó con algo dentro de uno de mis bolsillos y recordé que antes de que ocurriera aquella tragedia, no me había dado tiempo de devolver el anillo de compromiso a su legitima dueña. Lo saquee y lo tendí en la palma de mí mano observando cómo la luz que se colaba entre la redondeada ventana, hacia brillar el diminuto diamante en el centro del anillo. Sin duda, era una hermosura de artilugio y, por supuesto, guardaba un hermoso significado; Aquí reposaba el amor de dos personas. Solo que para mí no era nada más que un precioso artilugio recordatorio.
Debía devolverlo pues este anillo no estaba hecho para estar en otras manos que no fueran de Renesmee... Pero no seria justo que yo lo hiciera retornar. Se lo entregaría a Jacob y le dejaría en sus manos el volver a dárselo de vuelta a su legitima dueña.
Observé de reojo cómo Renesmee comenzaba a removerse una vez más y fui lo bastante cauto cómo para cerrar la palma de mí mano donde llevaba el anillo para esconderlo de sus ojos despertando.
Ella se quedó en silencio y no se movió de donde estaba, solo observaba con tono ausente hacia la ventanilla a mí lado.
―Tienes hambre?―Pregunté al cavo de unos minutos.
Según lo recordaba, no había probado bocado desde que pisamos tierra.
―Un poco.―Admitió sin apartar la mirada de donde fuera que estuviera viendo.
―Traeré algo de comer. Espérame aquí.―Anuncié tratando de incorporarme.―No tardaré mucho...
Sus brazos se cerraron en el entorno de mí brazo impidiéndome erguirme por completo. La observé inquieto tratando de adivinar que era lo que iba mal.
―No, esta bien. No te vallas.―Murmuró al fin cambiando de dirección su mirada.
―Te sientes bien?―Traté de adivinar, pues era muy extraño. No había despegado mucho los labios desde aquel entonces y eso me ponía los nervios de punta.
―Llevas preguntándome lo mismo más de cien veces.
―Me preocupas.―Confesé.―Si más no recuerdo, no eres de las personas que suelen decir si están bien o no, si no se les pregunta.
―Estoy bien.―Volvió a repetir.
―Ya. Sé que también eres modesta.
―... Como es que me conoces tanto?
Aquello si fue una sorpresa. No me espera una pregunta directa puesto que hasta ahora solo se había limitado a contestar las mías. No pude contestar de inmediato porque parte de la respuesta, formaba parte del lio de sentimientos que sentía por ella. No era conveniente mencionar eso.
―Somos amigos.―Respondí encogiéndome de hombros. Como quien no quiere la cosa.
Una vez más callamos. En donde solo el sonido de las turbinas se oían apacadas. Su cabeza aun seguía apoyada en mí hombro izquierdo y esto solo hacia que quisiera salir de allí cuanto antes.
―Háblame de mi... Familia.―Interpeló justo antes de que yo pudiera proponerme escapar con alguna mentirilla. Noté cómo en la ultima palabra vaciló al pronunciarla.―Es ahí donde vamos, Cierto?
―Tienes cuatro tíos que te adoran: Alice, Jasper, Rosalie y Emmett. Según he visto, a Alice le fascina comprarte ropa, siempre esta animada y es muy... alegre, por así decirlo; Jasper es su pareja y es muy protector...―Solté una pequeña risa entre dientes.―Él fue el último en aceptarnos a mí y a mi aquelarre; Rosalie te adora tanto... Según he oído, para ti era cómo tu segunda madre; Emmett es tu tío más "divertido", cómo suele llamarse así mismo. También tienes a dos cariñosos abuelos: Carlisle y Esme. Carlisle es medico, y la mayor parte del tiempo esta en el hospital; Aun así, nunca le ha faltado tiempo para pasar el tiempo con su familia. Esme es la persona más cariñosa que he conocido en mi vida, aunque se dice que todas las abuelas son exactamente así. Tus padres son Edward y Bella. Ellos te quieren mucho, tanto cómo tu a ellos. Tienes los mismos rasgos de tu padre pero también la exacta copia de los ojos de tu madre. ―Por un momento, baje la vista encontrándome con la suya. Al mirar sus ojos, no pude evitar mencionarlo.―Son... hermosos.
El resto del camino, me la pase hablando y explicándole sus lasos con las demás personas, poniéndole al tanto de todo lo que ella me había hablado sobre su familia e historias. No me fue tan difícil hablar de todo ello pues se lo conté tal y cómo ella me lo contó ya hace lo que me parecía una eternidad. Hasta que llegue al tema de Jacob... Le conté lo poco que sabia y le informe de su relación con el excluyendo la parte donde en la que estaban comprometidos y que pronto se casarían. Esa parte le correspondía revelar al mismísimo Jacob, además, más que nada, no lo hice porque no me atrevía.
Renesmee comento que era muy extraño todo eso y me limite a hablarle sobre cosas de menos importancia cómo muchas de las anécdotas pasadas que me contó una vez de ella y su familia; Como también de los pequeños dotes que poseían Alice, Jasper, y sus padres. Por lo pronto, ella parecía estar familiarizada y estar al tanto con lo sobrenatural que con las personas. Eso fue un punto más para preguntarme que tan hondo era este problema. Sin duda, todo esto no se trataba de una amnesia natural procedente de un golpe en la cabeza ni nada por el estilo. Aquello tenia pinta de ser más profundo de lo que mis manos podrían llegar alcanzar por el momento.
―Yo... No soy cómo tú.―Observó de repente. Alzó una de sus manos y rozó mi mano palpando su consistencia y su temperatura. Yo me puse rigido. Un inesperado fuego me recorrió justo donde ella tocaba.―Ni tampoco cómo ellos.―Señaló a los humanos pasajeros. No era una pregunta, era casi cómo una pena. Como si se sintiera marginada.―Soy diferente...
―Eres especial.―Convine con voz firme. De repente me sentía irritado, no me gustaba la manera en la que se refirió a sí misma.―Yo te conocí tal y cómo eres. Así que me gus... A todos nos gusta cómo eres.
―Desde cuando me conoces? cómo nos conocimos?―Bombardeó con sus preguntas.
Había llegado el momento de responder mi procedencia y los lasos que había habido entre nosotros. Evitando las partes complicadas, le conté cómo fue que su inusual naturaleza llamó mi atención, desde cómo se conoció con mi hermana Quinn, hasta cómo llegamos a ser una integración en la residencia Cullen. Aquella historia de hace unos meses atrás cuando ella había arriesgado su vida por traernos de vuelta a mí y a Quinn; y también las cosas que ella nos había enseñado hasta ahora. Como fue que su persona se impregnó en nuestras vidas, cambiándolas por completo, y cómo fue creciendo hasta convertirse en algo más fuerte.
Mientras sus preguntas seguían fondeando más, yo me esforzaba porque no se me escapara nada innecesario de contar. Por momentos era inevitable que ella sospechara de mí cuando trataba de excluir algunas cosas al mordiéndome la lengua y no soltaba sinceramente lo que pensaba de ella. Era prescindible que ella escuche mí opinión, pues tenia pensado hacer algo que me ayudaría a alejarme por un tiempo hasta que pase la tormenta. Cuando los lasos fueran elásticos y más flexibles, cuando ella fuera feliz al lado de su futuro esposo, solo entonces, yo podría regresar. Ese había sido el camino correcto para su felicidad.
En una de las ocasiones, cuando seguía contándole cosas, nuestra ventada quedó expuesta al sol, colándose por ella unos rayos directos a mi piel y me vi obligado a correr las cortinas y sellar este contacto antes de que alguien pudiera percibir el brillo que emanee. Antes de que pudiera cerrarla por completo, Renesmee alargó su brazo y me detuvo dejando la cortina a medio cerrar, la diminuta y extensa luz que se coloo a medias, acariciando sobre una diminuta parte de mí pómulo derecho. Sorprendido por su reacción, me quede quieto escrutando el rostro maravillado de Renesmee, sus ojos dilatados por la fascinación, me observaron de mis ojos a la parte expuesta de mí cara unas tres veces de ida y vuelta, hasta que una de sus manos indecisas se alzó tímidamente queriendo palpar el brillo que emanaba mi piel. Rápidamente, preso del panico, una de mis manos corrió la cortina cerrando el paso de la luz por completo y frenando sus ingenuas intenciones de golpe. Ella me observó inquieta con la confusión escrita en el rostro y yo solo desvié la mirada inventándome una excusa cierta pero que a la vez, sonó estúpida:
―Debemos ser discretos cuando hay muchos humanos alrededor.
Ella se limitó a asentir, pero pude ver cómo las sospechas aun subsistían en su mirada antes de apartarla.
Pasadas las horas, Renesmee no volvió a pegar ojo bombardeándome con preguntas. Me dio la sensación de que ahora le era más fácil hablar conmigo, ya que su mirada había adquirido el mismo carisma con el que acostumbraba dirigirse a mí. No pude evitar contentarme por eso. Volvía a recuperarla, la estábamos recuperando.
Inmediatamente, después de que volviera a preguntarle su estado, su rostro adquirió un gesto menos alegre que antes, pues habían dado la señal de que estábamos apunto de aterrizar. En sus ojos y en toda su expresión, podía verse la tensión que emanaba al estar nerviosa por lo próximo.
―Todo irá bien.―Reiteré revolviendo sus cabellos como siempre solía hacerlo.
Ella esbozó una pequeña sonrisa y volvió a mirar hacía la ventana donde comenzaba a asomarse los edificios de Seattle en la noche iluminada. Su mano se cerró con más fuerza entorno a mi mano, y la sujete dándole ánimos y valor.
―Se trata de tus padres Renesmee. No tienes porque sentir miedo.―Le recordé.
―No tengo miedo.―Reparó en murmullos.― Solo son... Nervios.―Confesó insegura.
Poco a poco, el avión descendió finalizando nuestro vuelo. El viaje había culminado y el reencuentro con sus padres la esperaban a unos escasos minutos. Un ligero temblor recorrió su cuerpo y suspiro profundamente antes de erguirse, apreté ligeramente su mano como un gesto recordatorio y ella sonrió con nerviosismo. Caminé delante tirando de su mano la cual se había ajustado tanto a la mía cada vez con más fuerza mientras avanzamos hacía la compuerta del avión, escuché secretamente sus latidos cada vez más fuertes y le repetí lo bien que lo estaba haciendo hasta ahora.
Al salir del avión, recorrimos los tubos conectados a este y al aeropuerto. Caminamos de la misma manera mezclándonos con la multitud y pronto vimos la salida, tras una máquina de control, entre una multitud ansiosa por recibir a los recién llegados, se encontraban Edward y Bella tomados de la mano. El rostro de Bella mostraba inquietud casi como si fuera a romper a llorar en cualquier momento, mientras el rostro de Edward era serio y preocupado. Sus miradas nos ubicaron a mí y a Renesmee rápidamente y sus expresiones se relajaron imperceptiblemente. A mi lado pude notar que Renesmee también reconoció la única pareja tan deslumbrantemente hermosa, ya que su mano se tensó aún más y sus pasos perdieron el ritmo que llevábamos, pronto, percibí como no pudieron avanzar más quedándose en un paso de procesión tan lento e indeciso. Rodee sus hombros con un brazo y le insté a continuar.
―Ya casi hemos llegado.―Le dije con ánimos. Agradecí que su mirada se encontrara clavada en sus padres como para no descubrir la preocupación en mi rostro.
―Sí.―Su voz quedó ahogada al pronunciar la palabra.
El miedo que ella misma había llegado a negar, empezaba a relucir a puras vistas.
―A que tus padres son lo más resaltante en todo este espacio.―Bromee tratando de tranquilizarla.
Ella me dedico una breve sonrisa intranquila.
―Tu también lo eres.―Apuntó bufando.
―Beneficios por ser vampiro.―Admití también sonriendo.
Los temblores cesaron bajo mi brazo y su cuerpo se apegó más a mí cuando estuvimos a cinco metros de sus padres. Cuando por fin nos reunimos con ellos, Renesmee estuvo literalmente escondida bajo mi brazo y medio oculta detrás de mí.
―Renesmee?, mi vida.―Habló Bella dando un paso hacía nosotros con gesto urgente pero indecisa.
No hubo respuesta. Bella intercambio una significativa mirada agonizante con su esposo y este asintió de la misma manera.
Me retorcí de forma que pudiera sacar hacía delante a Renesmee y empujar levemente su espalda hacía su madre a la espera. Renesmee me dedico una mirada traicionada e invadida de panico antes de que su madre la rodeara con sus brazos y la estrechara como solo se le abraza a una hija. Edward se le unió y abrazo a las dos dirigiéndome un asentimiento de cabeza.
―Gracias por traérnosla de vuelta, sana y salva.―Expresó. Yo solo asentí, pues no era una clase de favor. Edward sabía que existía algo más profundo en mis intenciones hacía Renesmee, así que lo entendería.
Durante el recorrido de regreso a casa, Edward manejaba el auto con ventanas pulidas de su padre con Bella en el asiento del copiloto. Renemsee y yo, fuimos en la parte trasera y por una vez más, ella no despegó los labios; Se encontraba en presencia de sus padres y lo más probable era que le resultara todavía incomodo hasta que se acostumbrara. Su mano se ardería a la mía como un gesto de sustento. Su ritmo cardiaco casi había recuperado su estado habitual y la fuerza con la que apretaba mi mano me decía que ahora sus nervios, se debían a que su próxima confrontación, seria con los demás miembros de su familia y que aún no se sentía preparada.
―Tenemos con lo mínimo dos horas antes de llegar.―Le avisé intentando apaciguar sus nervios.
Ahora por lo menos sabría cuanto tiempo le quedaba para prepararse. Supuse que si conocía cada detalle de lo que se le venia, estaría preparada mentalmente. Ella sonrió y dio un suspiro apenas y perceptible.
―Lo normal seria que nos tomara más de tres horas―Intervino Edward. Intercambio una mirada conmigo y supe que opinaba lo mismo.
Renesmee observó a su padre por unos segundos y casi pudimos palpar la pregunta que se hacía por dentro: "Y por que no vamos mas despacio?"
Bella miro a su esposo tratando de digerir lo que pasaba por su mente y una chispa en sus ojos me dijo que lo comprendió.
―Podríamos llegar a lo normal―Convino Bella uniéndose al cometido, dedicó una ancha sonrisa afectuosa a su hija que ahora la miraba a ella.―, si no fuera porque a tu padre le gustaría estrellarse contra un poste.
Renesmee respondió a la sonrisa de su madre con una de sus sonrisas e intercambio una conmigo.
―Podríamos ser normales por una vez.―Propuso Edward.
―Lo... Rápido esta bien.―Respondió su hija. Pude notar el alivio y la alegría que recorrió en los rostros de sus padres al ver progresos.―Lo rápido es genial.―Añadió ella con más optimismo.
―Quizá tenia razón... Algo me dice que conocer lo antes posible al resto de mi familia estaría bien.―La voz de Renesmee se oyó fuerte y clara.
Me llamo la atención el gran salto que dio de un momento a otro. Aún así, me alegré mucho de que por fin comenzara a perder miedos.
―Sí. Apuesto a que el resto de tu familia también se muere de ganas por verte.―Respondí aliviado de que el ambiente haya descargado tensión.
La sonrisa de mi rostro desapareció cuando observé la expresión sorprendida de Renesmee, la confusión en la cara de Bella y la sacudida de cabeza de Edward. Temí por un segundo haber dicho algo malo.
―Que?―Inquirí con inquietud.
―Yo no he dicho nada.―Afirmó Renesmee. Abrió la boca para hablar y su expresión cambió de repente como si hubiera adivinado algo.―Tu también puedes leer mentes?!―Exclamó con voz sonora. Luego se giró de pronto hacia su padre, al parecer, recordando todo lo que le había contado.
Entonces caí en la cuenta sintiéndome estúpido. Lo que había oído hace unos momentos no había sido la voz de Renesmee, sino sus pensamientos. También recordé haberle platicado sobre todos los detalles de su familia y lo demás, pero me había olvidado de comentarle acerca de su don. Sin querer, ella lo había usado conmigo, y sin querer, yo los había escuchado.
Me lleve la mano libre a la cara avergonzado de mi estúpido descuido.
―No, Renesmee. Yo no puedo leer mentes... Bueno en cierto modo no, porque si tan solo... Veras, bueno.―Me hice un lio tratando de explicarme.
―Lo que Dylan quiere decir...―Intervino Edward.―, es que no fue él. Sino tú, hija.
Renesmee Frunció el ceño tratando de entender las palabras de su padre.
―Tu también posees un don, cariño.―Explico Bella al comprender de que iba el caso. Sin duda, ella estaba más que acostumbrada a las platicas mentales y cosas parecidas con el marido que tenia. Era admirable.
―Oh!...
Y así, fue como Renesmee se enteró sin querer de una de sus viejas habilidades que no muchas veces usaba, pero que era parte de ella. El cambio fue tremendo, pues ahora se sentía más completa que nunca. Eso podía notarlo no gracias a mi intuición, sino porque se pasó el resto del camino enviándome imágenes al principio, practico usándome un montón de veces hasta que finalmente dominó por completo su dicho don y comenzó a hablarme por medio de este.
Renesmee no hubo frenada su emoción por saber algo más de sí misma, hasta que su padre río descaradamente al escuchar todo lo que me transmitía mentalmente. De alguna manera, supo que su padre no solo podía escuchar, sino también ver, y percibir sus emociones, haciendo que ella se ruborizara y frenara un poco la gran alegría que llevaba dentro. Aquello me robo a mi también una risa, y no aguanté las ganas confesarle a Renesmee que yo también poseía uno. De pronto, como el sonido de un latigazo - breve y chasquéate -, esto me dio una enorme y genial idea, haciendo que una vez más me sintiera como un pedazo de imbécil. Por qué no se me ocurrió antes?!. En vez de perder el tiempo platicando, yo podría haber utilizado su propio don para transmitirle aquellos recuerdos en los que ella estuviera involucrada, todos, claro, desde mi punto de vista. Y así, a lo mejor, y ella podría recordar algo.
―Es una excelente idea! Dylan.―Reconoció Edward con un repentino brillo en los ojos.
―El que?―Inquirió Bella, irritada.
Renesmee me miro atenta, al parecer me tocaba explicárselo yo.
―Yo también tengo un don.―Expliqué conmocionado. De repente, veía una luz llena de esperanza.
―Y en que consiste...?―Preguntó un poco confundida por mi repentino cambió.
―Te lo explicaré luego.―Atajé sin poder esperar más en poner a prueba mi hipótesis. Cogí su mano y calqué factiblemente su habilidad. Ella se estremeció y me observó confusa todavía. De inmediato, me concentré en explicarle mi idea con simples imágenes, entre ellas, el recuerdo de aquella noche cuando le enseñé mi habilidad por primera vez dentro de mi auto, Renesmee jadeo tras recibir las primeras imágenes; Mientras Edward explicaba a Bella la idea, yo intervenía de vez en cuando poniéndoles al tanto de lo ocurrido durante nuestro viaje, con detalles de la ultima vez con Renesmee y el neófito.
También, aproveche en explicarle la idea a Renesmee, mientras ella aun seguía mirando a la nada, con los ojos perdidos y observando lo que le transmitía. Cuando pude acabar, su reacción fue... NADA.
Todas las esperanzas que me embargaron, bajaron de golpe hacia mis pies cuando Renesmee aseguró no recordar ni una sola de las cosas transferidas. Edward y Bella también bajaron los ánimos a su vez.
―Lo siento...―Susurró Renesmee apenada.
Todos nos precipitamos en negar.
―Aún no es seguro.―Replicó Bella.―Quizá y solo necesites tiempo, hija. A lo mejor y si Dylan continua ayudándote a recordar, puedas adquirir algo.
Renesmee asintió sin ganas, pues ella también había depositado alguna que otra esperanza en esto.
―No hay porque precipitarse aun.―Animé.―También cave la posibilidad de que la pequeña Joyce nos pueda ayudar.―Les recordé. Aunque muy en fondo, yo mismo rogaba con todas mis fuerzas que albergara esa posibilidad remota.―Además, seguiremos intentándolo de igual manera.
Todos esbozamos una sonrisa y el vehículo quedó en silencio nuevamente. El temor por quedarnos sin opciones mientras lo intentábamos todo, era grande como un agujero negro. No sabíamos ni estábamos seguros de que podría estar sucediendo con Renesmee y eso solo hacia temer lo peor.
"Uno debe conocer a que se enfrenta para poder vencerlo"...
Contra que cojones estábamos combatiendo nosotros?
―Haré lo mejor que pueda...―Me habló mentalmente Renesmee. Junto a su voz, percibí como una oleada de angustia le invadía el cuerpo al ver mi expresión frustrada.―Yo también lucharé.―Pensó.
Esa fue la primera vez que veía tal optimismo en ella después de mucho tiempo.
―Y yo te apoyaré.―Prometí solemnemente estrechando su mano con más firmeza.
―Cuentas con el apoyo de todos, hija.―Le recordó su padre de pronto.―Nadie te dará la espalda. Sabes cuanto te queremos.
―"Sabias".―Corrigió Renesmee creando unas comillas aéreas al comienzo y al final de la palabra. Una sonrisa luminosa como simplemente ella sabia hacer se asomó en su rostro y, por más grave que sea la situación, ninguno de nosotros pudo resistirse a unirse a su repentino humor.
―Todo irá bien.―Reiteré revolviendo sus cabellos como siempre solía hacerlo.
Ella esbozó una pequeña sonrisa y volvió a mirar hacía la ventana donde comenzaba a asomarse los edificios de Seattle en la noche iluminada. Su mano se cerró con más fuerza entorno a mi mano, y la sujete dándole ánimos y valor.
―Se trata de tus padres Renesmee. No tienes porque sentir miedo.―Le recordé.
―No tengo miedo.―Reparó en murmullos.― Solo son... Nervios.―Confesó insegura.
Poco a poco, el avión descendió finalizando nuestro vuelo. El viaje había culminado y el reencuentro con sus padres la esperaban a unos escasos minutos. Un ligero temblor recorrió su cuerpo y suspiro profundamente antes de erguirse, apreté ligeramente su mano como un gesto recordatorio y ella sonrió con nerviosismo. Caminé delante tirando de su mano la cual se había ajustado tanto a la mía cada vez con más fuerza mientras avanzamos hacía la compuerta del avión, escuché secretamente sus latidos cada vez más fuertes y le repetí lo bien que lo estaba haciendo hasta ahora.
Al salir del avión, recorrimos los tubos conectados a este y al aeropuerto. Caminamos de la misma manera mezclándonos con la multitud y pronto vimos la salida, tras una máquina de control, entre una multitud ansiosa por recibir a los recién llegados, se encontraban Edward y Bella tomados de la mano. El rostro de Bella mostraba inquietud casi como si fuera a romper a llorar en cualquier momento, mientras el rostro de Edward era serio y preocupado. Sus miradas nos ubicaron a mí y a Renesmee rápidamente y sus expresiones se relajaron imperceptiblemente. A mi lado pude notar que Renesmee también reconoció la única pareja tan deslumbrantemente hermosa, ya que su mano se tensó aún más y sus pasos perdieron el ritmo que llevábamos, pronto, percibí como no pudieron avanzar más quedándose en un paso de procesión tan lento e indeciso. Rodee sus hombros con un brazo y le insté a continuar.
―Ya casi hemos llegado.―Le dije con ánimos. Agradecí que su mirada se encontrara clavada en sus padres como para no descubrir la preocupación en mi rostro.
―Sí.―Su voz quedó ahogada al pronunciar la palabra.
El miedo que ella misma había llegado a negar, empezaba a relucir a puras vistas.
―A que tus padres son lo más resaltante en todo este espacio.―Bromee tratando de tranquilizarla.
Ella me dedico una breve sonrisa intranquila.
―Tu también lo eres.―Apuntó bufando.
―Beneficios por ser vampiro.―Admití también sonriendo.
Los temblores cesaron bajo mi brazo y su cuerpo se apegó más a mí cuando estuvimos a cinco metros de sus padres. Cuando por fin nos reunimos con ellos, Renesmee estuvo literalmente escondida bajo mi brazo y medio oculta detrás de mí.
―Renesmee?, mi vida.―Habló Bella dando un paso hacía nosotros con gesto urgente pero indecisa.
No hubo respuesta. Bella intercambio una significativa mirada agonizante con su esposo y este asintió de la misma manera.
Me retorcí de forma que pudiera sacar hacía delante a Renesmee y empujar levemente su espalda hacía su madre a la espera. Renesmee me dedico una mirada traicionada e invadida de panico antes de que su madre la rodeara con sus brazos y la estrechara como solo se le abraza a una hija. Edward se le unió y abrazo a las dos dirigiéndome un asentimiento de cabeza.
―Gracias por traérnosla de vuelta, sana y salva.―Expresó. Yo solo asentí, pues no era una clase de favor. Edward sabía que existía algo más profundo en mis intenciones hacía Renesmee, así que lo entendería.
Durante el recorrido de regreso a casa, Edward manejaba el auto con ventanas pulidas de su padre con Bella en el asiento del copiloto. Renemsee y yo, fuimos en la parte trasera y por una vez más, ella no despegó los labios; Se encontraba en presencia de sus padres y lo más probable era que le resultara todavía incomodo hasta que se acostumbrara. Su mano se ardería a la mía como un gesto de sustento. Su ritmo cardiaco casi había recuperado su estado habitual y la fuerza con la que apretaba mi mano me decía que ahora sus nervios, se debían a que su próxima confrontación, seria con los demás miembros de su familia y que aún no se sentía preparada.
―Tenemos con lo mínimo dos horas antes de llegar.―Le avisé intentando apaciguar sus nervios.
Ahora por lo menos sabría cuanto tiempo le quedaba para prepararse. Supuse que si conocía cada detalle de lo que se le venia, estaría preparada mentalmente. Ella sonrió y dio un suspiro apenas y perceptible.
―Lo normal seria que nos tomara más de tres horas―Intervino Edward. Intercambio una mirada conmigo y supe que opinaba lo mismo.
Renesmee observó a su padre por unos segundos y casi pudimos palpar la pregunta que se hacía por dentro: "Y por que no vamos mas despacio?"
Bella miro a su esposo tratando de digerir lo que pasaba por su mente y una chispa en sus ojos me dijo que lo comprendió.
―Podríamos llegar a lo normal―Convino Bella uniéndose al cometido, dedicó una ancha sonrisa afectuosa a su hija que ahora la miraba a ella.―, si no fuera porque a tu padre le gustaría estrellarse contra un poste.
Renesmee respondió a la sonrisa de su madre con una de sus sonrisas e intercambio una conmigo.
―Podríamos ser normales por una vez.―Propuso Edward.
―Lo... Rápido esta bien.―Respondió su hija. Pude notar el alivio y la alegría que recorrió en los rostros de sus padres al ver progresos.―Lo rápido es genial.―Añadió ella con más optimismo.
―Quizá tenia razón... Algo me dice que conocer lo antes posible al resto de mi familia estaría bien.―La voz de Renesmee se oyó fuerte y clara.
Me llamo la atención el gran salto que dio de un momento a otro. Aún así, me alegré mucho de que por fin comenzara a perder miedos.
―Sí. Apuesto a que el resto de tu familia también se muere de ganas por verte.―Respondí aliviado de que el ambiente haya descargado tensión.
La sonrisa de mi rostro desapareció cuando observé la expresión sorprendida de Renesmee, la confusión en la cara de Bella y la sacudida de cabeza de Edward. Temí por un segundo haber dicho algo malo.
―Que?―Inquirí con inquietud.
―Yo no he dicho nada.―Afirmó Renesmee. Abrió la boca para hablar y su expresión cambió de repente como si hubiera adivinado algo.―Tu también puedes leer mentes?!―Exclamó con voz sonora. Luego se giró de pronto hacia su padre, al parecer, recordando todo lo que le había contado.
Entonces caí en la cuenta sintiéndome estúpido. Lo que había oído hace unos momentos no había sido la voz de Renesmee, sino sus pensamientos. También recordé haberle platicado sobre todos los detalles de su familia y lo demás, pero me había olvidado de comentarle acerca de su don. Sin querer, ella lo había usado conmigo, y sin querer, yo los había escuchado.
Me lleve la mano libre a la cara avergonzado de mi estúpido descuido.
―No, Renesmee. Yo no puedo leer mentes... Bueno en cierto modo no, porque si tan solo... Veras, bueno.―Me hice un lio tratando de explicarme.
―Lo que Dylan quiere decir...―Intervino Edward.―, es que no fue él. Sino tú, hija.
Renesmee Frunció el ceño tratando de entender las palabras de su padre.
―Tu también posees un don, cariño.―Explico Bella al comprender de que iba el caso. Sin duda, ella estaba más que acostumbrada a las platicas mentales y cosas parecidas con el marido que tenia. Era admirable.
―Oh!...
Y así, fue como Renesmee se enteró sin querer de una de sus viejas habilidades que no muchas veces usaba, pero que era parte de ella. El cambio fue tremendo, pues ahora se sentía más completa que nunca. Eso podía notarlo no gracias a mi intuición, sino porque se pasó el resto del camino enviándome imágenes al principio, practico usándome un montón de veces hasta que finalmente dominó por completo su dicho don y comenzó a hablarme por medio de este.
Renesmee no hubo frenada su emoción por saber algo más de sí misma, hasta que su padre río descaradamente al escuchar todo lo que me transmitía mentalmente. De alguna manera, supo que su padre no solo podía escuchar, sino también ver, y percibir sus emociones, haciendo que ella se ruborizara y frenara un poco la gran alegría que llevaba dentro. Aquello me robo a mi también una risa, y no aguanté las ganas confesarle a Renesmee que yo también poseía uno. De pronto, como el sonido de un latigazo - breve y chasquéate -, esto me dio una enorme y genial idea, haciendo que una vez más me sintiera como un pedazo de imbécil. Por qué no se me ocurrió antes?!. En vez de perder el tiempo platicando, yo podría haber utilizado su propio don para transmitirle aquellos recuerdos en los que ella estuviera involucrada, todos, claro, desde mi punto de vista. Y así, a lo mejor, y ella podría recordar algo.
―Es una excelente idea! Dylan.―Reconoció Edward con un repentino brillo en los ojos.
―El que?―Inquirió Bella, irritada.
Renesmee me miro atenta, al parecer me tocaba explicárselo yo.
―Yo también tengo un don.―Expliqué conmocionado. De repente, veía una luz llena de esperanza.
―Y en que consiste...?―Preguntó un poco confundida por mi repentino cambió.
―Te lo explicaré luego.―Atajé sin poder esperar más en poner a prueba mi hipótesis. Cogí su mano y calqué factiblemente su habilidad. Ella se estremeció y me observó confusa todavía. De inmediato, me concentré en explicarle mi idea con simples imágenes, entre ellas, el recuerdo de aquella noche cuando le enseñé mi habilidad por primera vez dentro de mi auto, Renesmee jadeo tras recibir las primeras imágenes; Mientras Edward explicaba a Bella la idea, yo intervenía de vez en cuando poniéndoles al tanto de lo ocurrido durante nuestro viaje, con detalles de la ultima vez con Renesmee y el neófito.
También, aproveche en explicarle la idea a Renesmee, mientras ella aun seguía mirando a la nada, con los ojos perdidos y observando lo que le transmitía. Cuando pude acabar, su reacción fue... NADA.
Todas las esperanzas que me embargaron, bajaron de golpe hacia mis pies cuando Renesmee aseguró no recordar ni una sola de las cosas transferidas. Edward y Bella también bajaron los ánimos a su vez.
―Lo siento...―Susurró Renesmee apenada.
Todos nos precipitamos en negar.
―Aún no es seguro.―Replicó Bella.―Quizá y solo necesites tiempo, hija. A lo mejor y si Dylan continua ayudándote a recordar, puedas adquirir algo.
Renesmee asintió sin ganas, pues ella también había depositado alguna que otra esperanza en esto.
―No hay porque precipitarse aun.―Animé.―También cave la posibilidad de que la pequeña Joyce nos pueda ayudar.―Les recordé. Aunque muy en fondo, yo mismo rogaba con todas mis fuerzas que albergara esa posibilidad remota.―Además, seguiremos intentándolo de igual manera.
Todos esbozamos una sonrisa y el vehículo quedó en silencio nuevamente. El temor por quedarnos sin opciones mientras lo intentábamos todo, era grande como un agujero negro. No sabíamos ni estábamos seguros de que podría estar sucediendo con Renesmee y eso solo hacia temer lo peor.
"Uno debe conocer a que se enfrenta para poder vencerlo"...
Contra que cojones estábamos combatiendo nosotros?
―Haré lo mejor que pueda...―Me habló mentalmente Renesmee. Junto a su voz, percibí como una oleada de angustia le invadía el cuerpo al ver mi expresión frustrada.―Yo también lucharé.―Pensó.
Esa fue la primera vez que veía tal optimismo en ella después de mucho tiempo.
―Y yo te apoyaré.―Prometí solemnemente estrechando su mano con más firmeza.
―Cuentas con el apoyo de todos, hija.―Le recordó su padre de pronto.―Nadie te dará la espalda. Sabes cuanto te queremos.
―"Sabias".―Corrigió Renesmee creando unas comillas aéreas al comienzo y al final de la palabra. Una sonrisa luminosa como simplemente ella sabia hacer se asomó en su rostro y, por más grave que sea la situación, ninguno de nosotros pudo resistirse a unirse a su repentino humor.
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Hola mis queridas amix!!! :)
Esta vez no podeis lincharme puesto que no tarde mucho, ni tampoco es demaciado corto....
A que no?? :D
Bueno, ojala que os haya gustado (yo disfrute mucho escribiendolo :D)jijiji
Ah!! Y no se pierdan el proximo cap.! habra una reunion entre Renesmee, Dylan y nada mas y nada menos que el mismisimo JACOB BLACK!!! xDjaja
Nos vemos!!! Os envio muchisimos besotes!! Y no olvideis comentar :)
excelentisimo
ResponderEliminarya te he dicho que escribes excelente. si no pues te lo digo, ESCRIBES EXCELENTE
tu historia de principio a fin atrapa, cautiva...
esta vez casi lloro con la reacción de renesmee frente a sus padres, y a Dylan estoy que le doy un beso bien grande por ser tan especial. ...
y ya estoy deseando el próximo capitulo, el reencuentro con jacob... muero por leérmelo.
El capitulo estuvo muy lindo, pero no soporto esta situación de no saber que le pasa a renesmee. También estoy ansiosa por el reencuentro entre jacob y nessi, supongo que sera algo muy fuerte para ella; ojala la pequeña Joyce le ayude a recordar algo, Hermoso capitulo! escribe pronto
ResponderEliminarCon cariño, Tu Amiga Luisa
wooo hermanita me dejaste super mega impresionada aso me cae disculpa por comentar ahora pero ps no he checa do en unos dias mi blog deplano me muero por saber que pasara entre ness y jake enserio espero que ness siga imprimada de jake xq sino voy a llorar de verdad es enserio xq aso ness no puede quedarse con otro que no sea jake tiene que ser el, el es el unico que la ara feliz de verdad bueno sigue asi enserio eres super hermanita de plano me sigues sorprendiendo.
ResponderEliminareres una gran escritora recuerdalo besos TQM cuidate hermanita de mi corazon
Gracias a ustedes chicas :')
ResponderEliminarprometo esforzarme mas para no defraudarlas :D
abrazos y besos de yuri-lu!!!!<33
amigaaa Yuri-lu!!!! para cuando el décimo???' me tienes toda paranoica comiéndome las uñas hahaha!!
ResponderEliminarAmiga Pia, no me linches porfavor xDjaja!!
ResponderEliminarAhorita mismo estoy en ello, dentro de unos minutos lo tendre listo :)