Cap.1 - Haley - "Inicio del juego"

  Las apariencias engañan. Cuando menos te lo esperas, tienes a una realidad enfrente de ti sorprendiéndote con su inmensidad. 

  No te dejes engañar...

  El aburrimiento acabaría volviéndome loca y paranoica si no hacia algo en estos momentos. Me moví de un extremo a otro de mi habitación a oscuras y pensando en como podría salir de aquí sin que Lianne me pillase, pues las recomendaciones medicas del doctor Carlisle habían dicho claramente que necesitaba reposo, impidiéndome la visita a la mansión Cullen aunque me muriera de ganas por ir a preguntar alguna novedad.

  Traté de tranquilizarme pues no ganaba nada con desesperarme, pero mi fuerte nunca fue la paciencia, el deseo de saber que había ocurrido con mis amigos no me dejaba en paz. 

  Cogí el teléfono móvil de casa y presioné los números que me sabia ya de memoria después de haberlo marcado ya tantas veces. El teléfono timbró menos de lo que se tarda en dar la primera timbrada y una voz cantarina contestó.

  ―Hola Haley.―La voz de soprano de Alice me reconoció de inmediato sin necesidad de articular palabra alguna. Me pregunté si era por el extraño don que poseía o si solo porque las ultimas veintitrés llamadas habían sido de este teléfono móvil.

  ―Hola Alice. Me preguntaba si...

  ―Aún no han dado señal de vida―Contestó interrumpiéndome en mitad de la pregunta. Trague saliva ante sus palabras. Oí con claridad como se carcajeó divertida ante mi reacción.―No te tenses Halls, es un decir.―Como podía bromearse con algo así?!―Cuando tengamos noticias yo misma te llamaré.―Prometio y después de dar las gracias, colgué.

  Me quedé un par de minutos allí, de pie como una tarada pensando en que más podría hacer.

  Miré el reloj bajo la luminosidad de una lamparilla que reposaba en mi mesa de noche y sonreí al notar que ya era lo suficientemente tarde como para que Lianne estuviera totalmente inconsciente.

  ―Una salida no me hará mal. O si?

  Abrí el cajón de la mesita y extraje de él mi antigua cámara fotográfica digital. Hacia tiempo que no salia de excursión como lo hacia antes... Presionando el botón de encendido, la pantallita se iluminó como mi suerte al mismo tiempo. La batería no estaba nula y podría usarla enseguida. Camine cojeando trabajosa mente hacia la ventana de mi habitación y mire de refilón el gran tramo que me quedaba por bajar, la altura nunca había sido un percance para mis incursiones, pero el tobillo que había resultado ser una fractura y no una inflamación, me hacia pensar las cosas dos veces antes de actuar. 

  Miré una y otra vez la estancia de mi habitación y el suelo que me esperaba en el primer piso, al final, el tan solo hecho de permanecer un minuto más en esta habitación me convenció de intentarlo. Colgué la cámara en mi cuello, e impulsándome sin usar el pie izquierdo―Agradecí que el doctor Cullen accediera a no enyesarme la pata―, logré trepar hacia el borde de la ventana. Pasee trabajosamente mi pierna derecha hacia el exterior, y cuando me disponía hacer lo mismo con mi malherido pie, una voz hizo que me sobresaltara.

  ―Que estás haciendo?―La repentina voz familiar sonando en medio de tanto silencio hizo que atolondrara mi cuidadosa posición y tambaleara con manos desesperadas para impedir que cayera desde el segundo piso.

  En menos de lo que me tardé en procesar de quien había sido aquella voz, unas manos seguras y gélidas me sostuvieron impidiendo que caiga.

  ―Ryan?!―Logre identificar su silueta a oscuras. Como no podría identificarlo? Su aroma era unico y ya me había acostumbrado a el.

  Una ancha sonrisa se extendió en su rostro y lo mismo hice yo al embargarme la gran alegría.

  ―Que haces aquí? Como llegaste? Acabo de llamar a los Cullen y me han dicho que aun no tenían noticias.―Bombardee con preguntas mientras el se concentraba en ayudarme a bajarme del marco de la ventana, me depositó en el suelo de mi habitación y respondió a mis preguntas.

  ―Terminamos pronto. Soy un rastreador, recuerdas? seguí tu olor. Y los Cullen no saben que estoy de vuelta porque acabo de llegar.

  Me quede observándole detenidamente tratando de contener las ganas de gritar de alegría. Que me estaba pasando? Yo no era así de euforica. Pero él era mi amigo, y me alegraba mucho volver a verle. Así que sin más, sonreímos y nos dimos un enorme abrazo que demostró cuanto lo había extrañado.

  ―Tranquila. Ni siquiera me tardee mucho.―Dijo al separarme con un rubor repentino en mi cara. estaba comportándome como una niña y eso era de lo más raro.

  ―No sabes cuánto me matan esas expediciones suyas―Repliqué tomando asiento en mi cama. El me siguió e hizo lo mismo.

  ―A donde te dirigías a estás horas de la noche?―Preguntó quitándose el abrigo que llevaba puesto y depositándolo sobre la cama.

  ―Quería salir a tomar aire―Confesé mostrándole mi cámara fotografica.

  ―A estás horas?―Inquirió extrañado.

  ―Antes acostumbraba hacerlo a menudo.―Expliqué.―Supongo que ahora que los tengo a ustedes no necesito distraerme con estás cosas.

  Por supuesto. Ellos, tan sobrenatural y mis fotografías tan insignificantes...

  El asintió pensativo para luego reanudar la conversación.

  ―Y tu pie? Como esta?

  ―Oh, esta mucho mejor―Respondí con sinceridad. Los calmantes del Doc. Cullen habían hecho efecto librándome de los dolores molestos.―El doctor Cullen es muy bueno en su trabajo. Hubieras visto lo rápido que fue al examinar mi tobillo. Bastó una mirada para decir que era una fractura...

  ―Fractura?―Me interrumpió. Me extrañó su expresión.―Y pensabas salir allí fuera con una fractura?

  ―Sí.―Dije encogiéndome de hombros.

  El resoplo con repentina irritación y yo me sorprendí de ello.

  ―Que ocurre?

  ―Te pedí que tuvieras cuidado y por si fuera poco, intentabas salir allí fuera sabiendo que no somos los unicos vampiros en este mundo.―Habló con seriedad y un tono grave en su voz.

  ―Ryan, lo llevo haciendo desde que era una niña Y francamente hasta ahora no me ha pasado nada.

  ―Y que te asegura de que hoy no te pasará nada?

  ―Y que te asegura a ti de que si pasará?―Contraataqué.

  ―Es que acaso no pararas hasta que ocurra algo de verdad?

  ―Pero bueno! Ya vale. No me ha pasado nada, no te pongas paranoico.

  Y yo creía que yo era la paranoica... Por qué siempre teníamos que estar discutiendo?

  El suspiró tratando de calmarse y relajó sus facciones antes de continuar.

  ―Tienes razón. Pero podrías tener más consideración y no tentar a tu suerte más de lo que ya lo has hecho.

  ―Vale...―Dije desganadamente.

  ―Eso ha sido un "vale..." de aceptación o un "vale..." de "sí, claro como no"?―Insistió.

  ―Es un "vale" y punto.―Aclare cortante.

  Me miró con cara de pocos amigos esperando algo. Resople irritada.

  ―Vale! De acuerdo! tendré más cuidado.―Accedí finalmente.

  ―Y dime, Nessie y los otros... Que ocurrió? Ya nos recuerda?―Centre mi atención en lo más importante.

  Ryan me contó toda la situación con detalles. Sentí una gran lastima saber que Nessie no había podido recuperar la memoria preguntándome que seria de ahora en adelante. Las horas transcurrieron rápidamente y pronto llegó el amanecer. Al día siguiente los unicos que regresaron fueron Quinn, Eliott y Seth, más no Jacob, ni Dylan, tampoco Nessie. Suponíamos que ellos tendrían cosas que arreglar entre los tres, así que nadie habló del tema.

  Hoy por la tarde, faltando unos pocos días para terminar con las vacaciones, decidí ir de compras a la ciudad de Port Land. Había logrado juntar el dinero suficiente como para comprarme finalmente mi nueva cámara fotografica. Desde luego, Quinn y Eliott no vendrían conmigo. La pareja me resultaba difícil de invitar cuando acababan de empezar. Por supuesto, Ryan y yo éramos más amigos que nunca, no dudé en pedirle que me acompañe y tampoco es que hubiera sido necesario, ya que al enterarse de que me iba hacia la gran ciudad, se ofreció voluntariamente de acompañante. Lo cierto es que lo prefería así, tal y como estábamos, disfrutaba de las interesantes conversaciones que teníamos. En el transcurso del viaje, tuvimos el tiempo suficiente como para charlar más de la cuenta. A menudo discutíamos de cosas sin sentido, y es que creo que él es un poco "muy estricto, derecho y centrado" en lo que hace. No es que me disgustaba esa idea, de lo contrario, aunque se me hacia muy difícil el no discutir con el gracias a mi terquedad, éramos lo suficientemente maduros como para retractarnos antes de nada. O al menos él lo era.

  ―Por qué tanto interés en cámaras fotograficas?―Preguntó al verme elegir cuidadosamente.

  ―Me parecen artefactos fascinantes.―Respondí aun sumida en mi elección.

  ―Por qué?

  Las conversaciones que teníamos, no me abrumaban en lo absoluto. Yo también era una preguntona y el no se quedaba atrás, por supuesto.

  ―Estas cosas, pueden inmortalizar la imagen del momento.―Contesté girándome y tomando una foto de prueba al desprevenido Ryan.―Me gusta poder ver las fotos y recordar lo que ocurrió en ese preciso instante. Es como inmortalizar el momento para siempre. Pero que podrías entender tu... Tu ya eres inmortal.

  Reí para mí misma de mi broma privada. Quise observar la calidad de la foto que acababa de tomar presionando el botón de "PLAY", en la pantalla, apareció la imagen que había inmortalizado segundos antes, Ryan parecía un modelo aunque aquella foto la haya hecho desprevenido. Bufé y sonreí para mis adentros.

  ―Que pasa?―Inquirió estirando el cuello para husmear en la pantalla. La escondí antes de que él pudiera verla.

  ―Nada.―Dije volviéndome indiferente.

  Seguimos buscando tiendas de artefactos y aprovechando el día nublado de hoy. Era una de las pocas ocasiones que tenían mis amigos de pasear libremente por las calles de la ciudad sin ser descubiertos y la quería aprovechar al máximo.

  ―No quieres descansar a sentarte?―Convino Ryan de repente.―No soy doctor ni nada por el estilo pero creo que tu pie necesita reposo.

  ―Estoy bien.―Respondí. Ya apenas y cojeaba un poco. Quizá se debía a los calmantes o quizá a que ya me había acostumbrado al dolor.

  Ryan hizo caso omiso a mi respuesta y me guió hacia unas mesas fuera de una cafetería. No objeté nada pues hasta que no lo pensé, no me había dado cuenta de lo sedienta que estaba. Estuvimos sentados conversando de cosas sin ninguna importancia, hasta que de pronto, Ryan callo súbitamente y su expresión se volvió seria y tensa.

  ―Ocurre algo?―Pregunté siguiendo el hilo de su mirada. No hallé nada fuera de lo normal, pero claro, eso era porque yo era una simple humana y con unos sentidos ciegos a comparación de los suyos.

  ―Quédate aquí, no te muevas y espera a que regrese.―Ordenó con un tono de voz tan quebradizo como el hielo antes de incorporarse.

  ―Ryan que ocurre?―Intenté pedir explicaciones pero el se encaminó en seguida hacia alguna dirección entre el gentío.

  Observé con nerviosismo tratando de distinguirle de toda esa gente que paseaba en distintas direcciones pero sin resultados. Pronto, me quede sola, sentada en esa mesa circular y a la espera. Al cabo de unos minutos, un golpe en la mesa provocado por la palma de una mano hizo que sobresaltara del susto.

  ―Vamos! No tenemos tiempo, sígueme!―Vociferó Ryan de vuelta. Observé sorprendida y confundida su expresión y su vestimenta.

  Los Jean's azules y la camisa gris que llevaba habían sido cambiados por unos Jean's negros y un polo borgoña. Su expresión era grave y fría, su voz tenia algo diferente que me hizo dudar unos segundos hasta que me obligó a ponerme de pie y jalarme del brazo hacia una dirección.

  ―Que está pasando Ryan?!―Intenté acompasar mis torpes pasos a su apresurada velocidad, el dolor de mi tobillo izquierdo volvía con cada paso que me obligaba a dar pero aun así no mencione nada exigiendo respuestas que no contestó.

  Me guió hacia el lado opuesto de donde se encontraba mi coche y nos llevó hacia un deportivo lujoso. Observé atonita como rompió fácilmente la ventanilla de este para meter su brazo y lograr abrir la puerta desde dentro.

  ―Entra―Ordenó con el mismo tono de voz empleado con anterioridad. Obedecí sin chistar porque francamente su actitud me estaba dando miedo. Era como si aquella expresión centrada y amable se hubieran esfumado de la nada y hubieran sido reemplazados por prácticamente lo contrario a la definición anterior.

  Se dio la vuelta en menos de un segundo y ya estaba dentro del auto, en el asiento del conductor. Rápidamente, sus manos bajaron por debajo del equipo, buscando unos cables que frotó entre sí, y con un rugido glorioso, el motor del deportivo se puso en marcha. Me estampé contra el asiento cuando Ryan pisó el acelerador a fondo y el auto desprendió una velocidad increíble dirigiéndonos a la carretera.

  ―De quien es este auto?―Exigí saber con la voz temblorosa.

  Sabia que no era necesario preguntar aquello puesto que probablemente ni siquiera el lo sabia. Estábamos robando un auto deportivo y no sabia porque ni a donde nos dirigíamos.

  ―Adonde vamos?―Pregunté nerviosa al ver que íbamos en una dirección contraria a la autopista que llevaba a Forks.

  Su silencio me daba escalofríos. No respondió a ninguna de mis preguntas desde que apareció de repente. Cuando por fin se dignó a parar el coche, mi cuerpo se lanzó hacia delante poniendo mis manos con las justas en el parabrisas y impidiéndome que chocara con esta debido al frenazo que dio. Bajó del deportivo y me obligó a hacer lo mismo nuevamente agarrándome del brazo. Hasta aquí llegó mi compostura y mi paciencia.

  ―Puedo caminar sola! lo sabias?―Me sacudí de su agarre sin éxito y logrando únicamente lastimarme a mí misma. Pero él detuvo su avance.

  ―Tu móvil―Exigió con aquella voz helada.

  Se lo entregué preguntando que ocurría nuevamente.

  ―Dime lo que ocurre Ryan.

  El me ignoró y buscó un número en particular, marcando el botón de llamado y se lo llevo al oído esperando respuestas. No pasó más de tres segundos cuando oí claramente una exclamación del otro lado del teléfono móvil.

  ―Haley! Donde estás?!―Aquella voz familiar me desconcertó completamente. Era Ryan.

  ―Hola hermanito.―Habló la persona que tenia enfrente con mi celular en manos e idéntico a mi amigo.―No te alteres, esta conmigo y esta perfectamente bien.― Mentira... No me encontraba bien, tenia mucho miedo.―Oh, vamos hermanito. No te pongas así. Después de tanto tiempo sin hablarnos...―Habló con una sonrisa arrogante tras oír una sarta de palabras.―Ahora escúchame con atención. Recuerdas lo bien que nos divertíamos cuando éramos críos?... Pues ahora nos divertiremos más, y esta vez, jugaremos con tu nueva amiguita.

  Su penetrante mirada hizo que un escalofrío me helara la piel en un santiamén. Sus rostros y sus facciones era idénticas, como dos gotas de agua. Pero aquellos ojos... No me había dado cuanta hasta en ese instante que aquellos hermosos ojos color topacio, eran carmesíes y aterradores.

  El no era Ryan... El era Ivan. Y quería "jugar".

  

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Haber chicas, se que es muy pronto para comenzar a esribir otra historia, cuando aun no concluyo con el FINAL ALTERNATIVO de Dylan, pero es que me moria de ganas por comenzarla xD!

 Les confieso que el personaje de Ryan me tiene enganchada. No se desde cuando pero asi es :P

Cuando menos me lo esperee, me encontraba volando nuevamente en mi mundo de imaginacion y poniendole un monton de historias a ese personaje xD!jaja asi que me decidii compartirlas con ustedes mis queriadas amigas.

Espero que se den un tiempito de leer esta historia :) 

Si les gusto este Cap. haganmelo saber, si? Y si no, pues sabre que este argumento no es muy bueno y tendree que dejar esto :'(

Bueno, espero y se animen (De todo corazon) juju

Besos!!!<33

PD: Haley y Ryan os envian un saludo xD! y esperan que les acompanien en esta corta aventura de su avance  tanto en la amistad como en el "amor?" juju

Ah! y también hay otro saludo de parte del nuevo personaje integrado: El arrogante Ivan. xD!!!

Ya me estoy volviendo loca...('_';)